La división de investigación de IBM ha conseguido, tras 12 años de trabajo, reducir la cantidad de átomos que se usan en unidades de memoria de millones a tan sólo 12.
A pesar de la drástica reducción de la agrupación de átomos lograda, se comporta de la misma manera en que lo hacen las unidades de memoria para hacerse con la información y almacenarla.
El hallazgo es importante, aunque no tendrá consecuencias prácticas inmediatas. Por el momento, nada de verlos en las tiendas del barrio. De hecho, son necesarias herramientas muy determinadas (y unas condiciones ambientales específicas) para hacer uso.
Pero lo cierto es que la investigación da una idea de lo que depara el futuro si se invierte en investigación y desarrollo. La obsesión por minimizar todos los productos que nos rodean (excepto los televisores, que aumentan en tamaño), implica un reto: el hacerlos más eficientes.
¿El secreto? Una visión a largo plazo. “Actualmente nuestra sociedad se centra demasiado en ver lo que va a pasar mañana. Nosotros queremos centrarnos en lo que va a pasar en 10 años”, asegura el responsable de la investigación.
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