En la demanda del Gobierno de Estados Unidos presentada ante los juzgados de Virginia contra Megaupload se cita tres veces el sitio español seriesyonkis, entre otros . En una primera, aparece mencionado cuando se enumeran “populares sitios de enlaces que remiten a Megaupload” (Mega Conspiración en el lenguaje de la acusación). En este contexto se cita a seriesyonkies.com, taringa.net y peliculasyonkis.com, entre otras. Las otras dos menciones en este texto de 72 páginas se producen cuando se relatan los intercambios de correos electrónicos entre miembros de la empresa Megaupload. Se reproduce uno del 7 de mayo de 2009 en el que Ortmann, jefe técnico de la compañía, enumera al fundador Kim Dotcom los sitios desde donde los clientes del servicio premium enlazan a Megaupload y destaca, entre otros, a seriesyonkies. Apenas 10 días después, otro miembro de la empresa remite un correo a Ortmann con los sitios “top” más usados para acceder a los contenidos de Megaupload. Ahí figuran seriesyonkis.com, peliculasyonkis.com, dospuntocerovision.com, cinetube.es y surfthechannel.com.
El texto de la acusación demuestra que los investigadores han tenido acceso a todo tipo de datos, desde correos a transacciones financieras. Atribuyen a Megaupload 180 millones de usuarios registrados. El texto se entretiene en relatar el funcionamiento del sitio destacando el distinto trato que reciben los usuarios anónimos, los registrados y aquellos que pagan una cuota premium. Los primeros solo pueden almacenar un archivo durante 21 días si durante este período no es descargado ninguna vez. Los usuarios registrados tienen un plazo de 90 días. Si al final del mismo, el archivo no ha sido usado ninguna vez…se anula. Los clientes premium no tienen estas restricciones en el almacenamiento. La denuncia no lo cita, pero este servicio no era usado únicamente para albergar copias de filmes. Un número impreciso de clientes lo empleaba como nube donde guardar sus documentos en la Red, accesibles desde cualquier máquina.
Mientras, explica el documento, la empresa “ha destinado millones de dólares a pagos para mantener su infraestructura”, apenas hay constancia de que haya realizado pagos a quienes detentan derechos de autor.
La acusación describe que el servicio carecía de una ventana de búsqueda para que los internautas pudieran localizar contenidos. Ello aumentaba la importancia de sitios terceros que eran los que ofrecían esta información y con los que la empresa mantenía relaciones. En contraste con esta ausencia de buscador público, los propietarios de Megaupload, sigue explicando la denuncia, disponían de una base de datos interna sobre sus propios contenidos que podían utilizar para dar información a terceros sitios. En la página principal del sitio no se anunciaban contenidos que infringieran la propiedad intelectual.
Cuando un archivo era subido a Megaupload, narra el texto, se generaba por los algoritmos del sistema un código identificativo que permitía el acceso al mismo. Si las máquinas detectaban que el archivo ya existía en sus servidores, en principio, no realizaban una nueva copia y suministraban el acceso al primero. Con todo no siempre era así. El texto asegura que las peticiones de retirada de contenidos por parte de los propietarios de derecho eran atendidas fraudulentamente en muchas ocasiones porque se cancelaba el archivo denunciado pero se activaban copias no detectadas.
Tras describir la ubicación de los servidores empleados por la empresa en Estados Unidos, Canadá, Francia y Holanda, el documento aprovecha el acceso a los correos electrónicos de la misma para contar su actividad cotidiana. Citan, por ejemplo, un correo de Google de mayo de 2007 en el que la compañía del buscador les avisa de que ha detectado que su web alberga muchos contenidos que violan la propiedad intelectual por lo que el servicio publicitario de Google “no podrá trabajar con ustedes”.Entre 2006 y 2011 la cuenta de PayPal movió más de 110 millones de dólares (85 millones de euros).
La denuncia detalla la participación de los acusados en el capital de la empresa y los ingresos de cada uno de ellos con cifras que, en 2010, fueron de los 200.000 dólares anuales a los nueve millones. Se enumeran todo tipo de transferencias, desde las que se han hecho para pagar el empleo de servidores hasta el realizado para alquilar un yate, con cifras siempre de varios dígitos.
De cara a la confiscación de bienes se llega a enumerar la propiedad de coches por parte de los acusados. Según la demanda, uno de ellos, Fin Batato, disfrutaba de un Maserati.
Esta noche, el grupo Anonymous ha lanzado un ataque de denegación de servicio contra varios sitios relacionados con el caso.
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