En un artículo publicado en 'Science', investigadores de la Universidad de Manchester, la Universidad de Bristol y los Sandia National Laboratories, han informado de los efectos potencialmente revolucionarios de los birradicales Criegee. Estos productos químicos invisibles son unos poderosos oxidantes de contaminantes como el dióxido de nitrógeno y dióxido de azufre -producidos por la combustión- y pueden limpiar la atmósfera de forma natural.
Aunque la hipótesis de la existencia de estos productos químicos se planteó en la década de 1950, hasta ahora no habían sido detectados. Los científicos creen que, con más investigación, estos químicos podrían desempeñar un papel importante en el cambio climático.
La detección de los birradicales Criegee, y la medición de la rapidez con la que reaccionan, ha sido posible gracias a un aparato único, diseñado por investigadores de Sandia, que utiliza la luz de una instalación de sincrotrón de tercera generación -Advanced Light Source- en el Lawrence Berkeley National Laboratory. La luz intensa y ajustable del sincrotrón ha permitido a los investigadores discriminar entre especies isoméricas diferentes -moléculas que contienen los mismos átomos, pero dispuestos en diferentes combinaciones.
Los científicos observaron que los birradicales Criegee reaccionan con mayor rapidez de lo que se pensaba, acelerando la formación de sulfato y nitrato en la atmósfera -estos compuestos conducen a la formación de aerosoles y, en última instancia, a la formación de nubes con el potencial de enfriar el planeta.
La hipótesis de los birradicales Criegee fue postulada por primera vez por Rudolf Criegee en la década de 1950. Sin embargo, a pesar de su importancia, no ha sido posible estudiar directamente estas importantes especies en el laboratorio.
En los últimos 100 años, la temperatura media de la superficie de la Tierra ha aumentado en aproximadamente 0,8 ° C. La mayoría de países ha acordado que las reducciones drásticas de las emisiones de gases de efecto invernadero son necesarias, y que el aumento del calentamiento global en el futuro debe ser inferior a los 2,0 ° C.
El doctor Carl Percival, profesor de Química de la Atmósfera en la Universidad de Manchester y uno de los autores del trabajo, cree que existen posibilidades de investigación significativas derivadas del hallazgo de los birradicales Criegee. Según Percival, "los birradicales Criegee han sido imposibles de medir hasta que hemos llevado a cabo este trabajo. Nuestros resultados tienen un impacto significativo en nuestra comprensión de la capacidad oxidante de la atmósfera, y tienen amplias implicaciones, desde la contaminación al cambio climático".
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