Un equipo de científicos liderados por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas ha identificado un nuevo material molecular que permite refrigerar a temperaturas cercanas al cero absoluto (-273,15 grados celsius), a un coste mucho menor que los refrigerantes empleados actualmente (helio líquido).
El nuevo material hallado es el acetato de gadolinio tetrahidrato, según el citado trabajo que se publica en la revista Angewandte Chemie y en el que, además del Instituto de Ciencia de Materiales de Aragón -centro mixto del CSIC y de la Universidad de Zaragoza-, han participado la Universidad de Edimburgo y de Málaga.
Este material ofrece, según los científicos, una alternativa más económica al helio-3 en aquellos trabajos en los que se requiere acercarse al cero absoluto, la temperatura teórica más baja posible.
Se trata de un punto en el que los átomos que constituyen la materia dejan de vibrar, según el investigador Marco Evangelisti, quien no obstante ha advertido de que, según las leyes de la física, el cero absoluto no se puede alcanzar experimentalmente.
Lo que sí se puede es refrigerar a temperaturas cercanas a ese valor, y este nuevo material es lo que consigue y "de manera más económica" que otros; en concreto, ha explicado a Efe Evangelisti, es "ideal" para trabajar entre un rango de temperatura de -273.0 grados hasta 4 y 5 grados por encima del cero absoluto.
Para este físico, los experimentos a temperaturas cercanas a los -273,15 grados son importantes porque permiten estudiar las propiedades de los materiales en estado fundamental -no escondidas por los efectos de las temperaturas-.
Esto puede dar lugar a nuevos estados de la materia o aplicaciones, como por ejemplo la superconductividad, que permite conducir corriente eléctrica sin resistencia y se utiliza para generar campos magnéticos intensos, por ejemplo en técnicas de resonancia magnética.
En la actualidad se emplea helio-3 para refrigerar a temperaturas cercanas al cero absoluto, sin embargo desde hace unos años el uso de este gas conlleva "unos costes altísimos, ya que su uso en el ámbito de la seguridad internacional para detectar armas químicas ha disparado la demanda".
Este trabajo demuestra que usando muy poca cantidad de acetato de gadolinio tetrahidrato se puede enfriar una gran masa de material, lo que le convierte en "el mejor refrigerante magnético para aplicaciones criogénicas -procesos que se producen a temperaturas extremadamente bajas- descubierto hasta ahora", ha detallado Evangelisti.
Además, entre las aplicaciones prácticas de este nuevo material se encuentra la ciencia del espacio, ya que se están desarrollando sensores de radiación electromagnética que deben funcionar en el espacio a temperaturas extremadamente bajas.
"El acetato de gadolinio tetrahidrato simplificaría tremendamente el sistema de refrigeración y permitiría su uso de forma eficaz en el espacio", ha concluido.
Canarias7
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