Expertos del Laboratorio de Síntesis Informática de la Universidad norteamericana de Cornell (Nueva York) están elaborando una impresora de alimentos, como parte del proyecto denominado «Fab@home». Con el tiempo esperan que el aparato sea tan común como el horno microondas o la licuadora.
El planteamiento es tan sencillo como revolucionario. Se introducen porciones de alimento crudo -«tintas», según la analogía que emplean- en la parte superior de la máquina, se mete también en el aparato la receta deseada -o «Fabapp», en la terminología que utilizan- y se obtienen las raciones que se quiera del plato preparado.
Como señala el doctor Ian Jeffrey Lipton, jefe del equipo de investigadores «las Fabapps permiten modificar a su gusto los alimentos, la textura y otras propiedades. Tal vez le gusten las galletas, pero quizá las quiera un poco más crujientes. Entonces le cambia el regulador y la receta y las instrucciones se modificarán en consecuencia», explica.
La meta es modificar el concepto de cocina tal como se conoce y revolucionar el futuro de la producción de alimentos. El procedimiento es tan sencillo que incluso las personas que ignoren los elementos básicos de cocina podrán descargar los archivos de recetas estándar o también imprimir fórmulas específicas de nutrición recomendadas por sus médicos. Los cocineros profesionales serán capaces de crear nuevos platos y de personalizar los menús para clientes exigentes. Asimismo, la tecnología tendrá la ventaja añadida de reducir algunos de los residuos de los actuales métodos de producción de alimentos, comenta Homaro Cantu, propietario del restaurante Moto, en Chicago, Illinois, quien ya ha usado la impresora de alimentos para elaborar sushi.
Otros equipos ya han barajado hacer alimentos por impresión -en particular, el Instituto de Tecnología de Massachusetts-, pero los integrantes del proyecto «Fab@home» han ido más allá y trabajan activamente en la creación de una impresora de 3D compuesta de jeringas.
Hasta ahora la impresora ha «cocinado» galletas y alimentos basados en carne de pavo. A partir de unos contenedores las jeringas rocían con los ingredientes básicos para crear los platos capa a capa, utilizando un software de diseño asistido por ordenador.
«En el futuro se usará una especie de chef por ordenador que permitirá que cada cual diseñe su propia comida», explica el profesor Hod Lipson, director del equipo de Cornell, «uno pulsaría el botón de impresión y la máquina preguntaría el número de copias», comenta.
La Nueva España
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