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2010/12/06

El exceso de celo de las defensas mata en las pandemias

El tan temido virus H1N1 no fue el responsable de las inusuales muertes registradas en personas jóvenes previamente sanas en la pasada pandemia de gripe A, según un estudio publicado hoy en Nature Medicine. La causa de los fallecimientos que inquietaron a la comunidad científica en los primeros tiempos de la pandemia fue el propio sistema inmunológico de los afectados, que sobrerreaccionó ante un virus que era desconocido.
Según el trabajo, dirigido por el pediatra de la Universidad de Vanderbilt Fernando Polack, esta circunstancia no es exclusiva de esta última pandemia, sino de todas las registradas a lo largo de la historia, incluida la famosa gripe española, que mermó la población europea en 1918.
"Siempre que hay una pandemia de gripe hay una gran proporción de adultos jóvenes que muere, fallecimientos que siempre habíamos atribuido a una presunta virulencia del virus o a las infecciones bacterianas que confluyen en estos pacientes", explica Polack en un comunicado. Los investigadores estudiaron la presencia de un biomarcador, una proteína que se puede medir en la sangre cuya concentración refleja la gravedad de una determinada enfermedad.
Una molécula llamada C4d, parte del sistema inmunológico, mide la fuerza de la respuesta de las defensas del organismo ante una amenaza. Según el trabajo publicado hoy, en los fallecidos jóvenes de la gripe A, se encontraron niveles excesivamente elevados de este marcador, que causa daños, en muchos casos irreversibles, en los órganos del propio paciente.

Publico

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