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2010/11/15

Por qué los gatos son tan finos al beber

Es un misterio que durante mucho tiempo ha desconcertado a los amantes de los gatos: ¿cómo pueden estos animales beber a lengüetazos de forma tan elegante?
Ahora, con la ayuda de cámaras de alta velocidad y de un gato mascota, un equipo de científicos en Estados Unidos cree haber obtenido la respuesta.
Descubrieron que estos felinos utilizan sus lenguas delicadamente para recoger el agua sin descomponer la superficie del líquido.
Los investigadores, que publican el hallazgo en la revista Science, dicen que esta técnica es distinta a la de los perros, que emplean movimientos desordenados para recolectar agua cuando quieren calmar su sed.
El equipo del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) cree que los gatos han adoptado un mecanismo más complejo, pero más cuidadoso, porque con éste tienen menos probabilidades de salpicarse con el agua cuando beben.

Física felina

El doctor Roman Stocker, biofísico del MIT que dirigió el estudio, se sintió inspirado para investigar la física de la técnica que usan los gatos al lamer después de observar a su propia mascota, llamado Cutta Cutta, cuando bebía agua.
"Me di cuenta de que existía un interesante problema de biomecánica escondido detrás de esta acción tan simple", expresa el científico.
"De allí, el proyecto comenzó a adquirir fuerza".
Junto con investigadores del Instituto Politécnico de Virginia y la Universidad de Princeton, el doctor Stocker filmó al gato con una cámara de alta velocidad.
Los humanos y algunos animales, como las ovejas o caballos, utilizan movimientos de succión para recoger líquidos con la lengua y los perros enrollan su lengua para formar una especie de taza en la que pueden "servir" el agua.
Pero la filmación reveló que los gatos utilizan un mecanismo mucho más sutil para beber.
Los científicos encontraron que la punta de la lengua del gato se riza hacia atrás -no hacia adelante- a medida que se dirige hacia el tazón.
Después, en lugar de penetrar la superficie del líquido la lengua sólo la toca ligeramente.
"El fluido entra en contacto con la lengua y se adhiere a ella, después con movimientos rápidos de la lengua hacia arriba se crea una columna de líquido", explica el doctor Stocker.
"Al último, cerrando la mandíbula, el gato captura parte de ese líquido".
Sorprendentemente, los científicos también encontraron que los pequeñísimos cabellos en la lengua del animal, que se pensaba ayudaban a los gatos a lamer, no están involucrados en ese proceso.
Para analizar el mecanismo con aún más detalle, los científicos crearon una lengua de gato robótica.
Descubrieron que el proceso se lleva a cabo con la interacción de dos fuerzas: la inercia y la gravedad.
"La creación de la columna de agua está controlada por la inercia, la tendencia del líquido, una vez que está en movimiento, de continuar en ese estado", explica el científico.
"La columna de agua inicialmente se hace más grande tanto en longitud como volumen, pero llega en un punto en que el peso de la columna supera a esas fuerzas de inercia y entonces la gravedad provoca que la columna se colapse y regrese al tazón".
Debido a esto, agrega el investigador, la coordinación del gato mientras lame es crucial.
"Hay un momento cuando el volumen de la columna está a su máximo y ese es el momento en el que el gato cierra su mandíbula".

¿Gatos más sabios?

Al estudiar a animales de zoológico en videos de YouTube, los científicos también descubrieron que los grandes felinos, como los tigres, leopardos y guepardos, también utilizan el mismo mecanismo que sus primos domésticos.
Aunque el doctor Stocker y sus colegas no están seguros de por qué los felinos han desarrollado este mecanismo tan sofisticado para beber sospechan que podría deberse a su aversión por el agua.
"El mecanismo para lamer de los gatos parece ser un proceso mucho más limpio que el de los perros, que son mucho más vigorosos al beber y producen más salpicaduras", expresa el investigador.
"Una especulación es que la cara del gato, y en particular la región cerca de la nariz y los bigotes, es extremadamente sensible y por lo tanto el gato intenta mantener esta zona lo más seca posible".
"Yo diría que los gatos saben más sobre la mecánica de los fluidos que los perros", concluye el científico.

BBC Mundo

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