Empanadas, cabrales, mariscadas, cochinillos, embutido ibérico, conservas o dulces artesanos. Son muchos de los productos que todo el mundo conoce pero no suele encontrar en la tienda de emergencia, de debajo de casa. Para encontrar ciertos productos selectos había que ir a una tienda gourmet, con precio sensiblemente superior.
Mumumío quiere suplir, a través de Internet, esta necesidad. Comenzó hace dos años como una idea de Isabel Ortiz y su hermano Álvaro. Su idea consistió en crear lo que ha llamado "cibercarrito ecológico" en el que ya operan 550 tiendas online, la mayoría de ellas con denominación de origen o algún sello de un organismo oficial que certifica su calidad.
Antes de que abrieran este servicio en Internet había ofertas directas entre productores y consumidores. Como experiencias de éxito estaban Naranjas Lola o los tomates SoloRaf, sin embargo, no había un sitio en el que se ordenasen las tiendas según el tipo de producto y se comprometiese a enviar el pedido, normalmente, en 48 horas.
Isabel Ortiz explica que Mumumío se financia gracias al 8% de la venta total de cada productor: "Intentamos ser justos en esto. Es decir, que si no venden nada en Mumumio, no les cobramos por ello". A cambio, ponen la infraestructura, escaparate y les ayudan tanto con la plataforma de pago como con la parte más dura explicarles cómo se debe hacer una devolución, un envío a tiempo, o lo más difícil: "hacerles ver que es mejor incluir los gastos de envío dentro del precio final", expone. Este factor psicológico, el añadir un coste cuando se ha decidido una compra, hace que muchos compradores se arrepientan.
El Pais
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