La noticia sobre la niña rumana de diez años que dio a luz un bebé de casi tres kilos en Jerez, en el sur de España, sigue generando asombro en ese país y en América Latina.
De acuerdo con fuentes del hospital de Jerez, citadas por un diario local, la niña se mostró feliz por el alumbramiento, ocurrido el 26 de octubre, y admitió que, en su país de origen, vivía con su novio."Esta niña es demasiado joven, ni siquiera podemos considerarla adolescente. Es el primer caso que conozco de una niña de diez años que da a luz en el país. De hecho, no creo que existan datos (previos en España)", le dijo a BBC Mundo la doctora Francisca Martínez, jefa de la unidad de Anticoncepción del departamento de Obstetricia y Ginecología del Instituto Universitario Dexeus de Barcelona.
"La edad de la menarquia (primera menstruación) en España es alrededor de los 12 años y la madurez del sistema reproductor no se da hasta, por lo menos, dos o tres años después", indicó la experta.
En 2008, de los 519.779 partos que se registraron en España, 177 eran de madres menores de 15 años, según cifras del Instituto Nacional de Estadísticas de España, citadas por la agencia de noticias EFE.
Fisiología
La doctora Martínez asegura que "aunque no se hayan iniciado las reglas periódicas, la niña desde que nace tiene óvulos en los ovarios que, en algún momento, en cuanto empiece el sistema a funcionar cíclicamente irán madurando. Es posible que haya tenido una ovulación que haya coincidido con el coito fecundante", explicó la médica.Para la doctora Nuria Parera, del área de Ginecología de la Infancia y la Adolescencia de Dexeus, puede tratarse de "un caso excepcional", de una patología llamada pubertad precoz.
"Para que una mujer quede embarazada su sistema reproductivo tiene que estar maduro. A los 10 años, hay muy pocas niñas que tienen la regla y las que la tienen es porque han desarrollado una pubertad precoz", señaló Parera a BBC Mundo.
Riesgos
El principal riesgo es su edad, explican los especialistas. Se trata de una niña no sólo desde el punto de vista fisiológico sino psicológico.El desarrollo de los sistemas muscular y óseo aún no ha culminado a los 10 años de edad y un embarazo a tan corta edad puede provocar la interrupción de esa formación.
Expertos apuntan a que los embarazos en edades muy precoces son considerados de alto riesgo por la propia inmadurez corporal de la madre y porque pueden desencadenar problemas de hipertensión y de diabetes.
Sin embargo, la doctora Parera aclara: "Hay tan pocos embarazos en personas de esta edad que es muy difícil hacer una estadística".
América Latina
Latinoamérica es, después de África, la región que registra la mayor tasa de embarazos entre adolescentes, es decir, entre jóvenes de entre 15 y 19 años.De acuerdo con un estudio de la CEPAL, la Organización de las Naciones Unidas y la Organización Iberoamericana de Juventud (OIJ), de cada 1.000 embarazos en América Latina, 73 responden a embarazos adolescentes.
"Muchas adolescentes de la región son presionadas a la experimentación sexual, colocándolas en alto riesgo de embarazo imprevisto e infecciones de transmisión sexual. Al mismo tiempo, las niñas adolescentes a menudo ven la maternidad precoz como su única opción para afirmar su independencia y hallar un significado a la vida", le dijo a BBC Mundo Tamar Hahn, la vocera de UNICEF para América Latina y el Caribe.
UNICEF no maneja cifras de embarazos de preadolescentes, es decir, de niñas menores de 12 años.
Excepcional
Leire Iglesias, secretaria general de la OIJ, asegura que "es posible que pueda haber algún caso en edades tan tempranas, pero no es la generalidad"."Un embarazo a los diez años puede ser una excepción, un caso muy concreto, porque no es usual que el inicio de las relaciones sexuales se de a esa edad en ninguna parte del mundo", aseguró Iglesias en conversación con BBC Mundo.
Al mismo tiempo, organizaciones que trabajan en la prevención del embarazo no deseado en adolescentes en la región coinciden en señalar que la tendencia en aumento en América Latina responde, en parte, a factores culturales y religiosos.
"El riesgo de embarazo adolescente se vuelve especialmente alto cuando a las adolescentes se les niega información y el acceso a programas y servicios confidenciales especializados para entender no sólo las consecuencias del sexo sin protección sino también el poder de decir no", dijo Hahn.
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