Unos lo llaman innovación incremental, otros simplemente copia. Se pueden encontrar ejemplos en cualquier sector, pero en pocos como en el software y la electrónica de consumo la aproximación entre innovadores y seguidistas se ha hecho tan patente. Como ejemplo, el iPad, o el Kindle, y sus sucedáneos.
Solo 15 de las 50 principales firmas tecnológicas del mundo aumentaron el pasado año su gasto en investigación y desarrollo (I+D), entre ellas Microsoft, Samsung, Google y Apple. Las demás han sacado la tijera de forma dolorosa, como HP, Motorola o Nec, con recortes superiores al 20%.
La paradoja es que ni siquiera dejarse miles de millones en investigación garantiza crear un producto revolucionario. La última lista de BusinessWeek designa a Apple como la compañía más innovadora de 2010, seguida por Google. Sin embargo, la suma de I+D de ambas firmas no llega ni a la mitad de lo que gastan Nokia o Microsoft, ambas en horas bajas.
"Una vez superas un cierto nivel de gasto, no hay ninguna evidencia de que más recursos en I+D vayan a conseguir mejores resultados", explica Barry Jaruzelski, experto en innovación de Booz & Company. La clave está en el talento y en tomar las decisiones correctas sobre qué priorizar y cuándo, señala, en lugar de inundar el mercado de productos y ver cuál genera interés.
A Apple le está funcionando. Para Henry Chesbrough, profesor en la Hass School of Business de la Universidad de California, es la más innovadora. "Han cometido numerosos fallos, pero sus clientes les perdonan porque continúan arriesgándose, inventando el futuro. Eso fideliza".
La compañía de Jobs no está ni en el top 25 de las que más dinero destinan a I+D en la electrónica de consumo: 1.333 millones de dólares el año pasado, solo un 3% de sus ingresos totales, frente a los 8.240 millones de dólares de Nokia, un 14% de sus ventas. Pero ha logrado que todos los fabricantes de reproductores musicales, móviles y tabletas imiten su estilo. Y, de paso, convertirse en la tercera compañía mundial por valor bursátil.
Nokia se defiende. "No nos centramos solo en un par de productos. Tenemos un abanico enorme y presencia global", dice David Rivas, vicepresidente de I+D de la compañía. "Apple se centra en las personas, en diseñar productos sencillos de usar. Nokia, Samsung o Microsoft se restringen a la tecnología, a avances mucho más técnicos", dice Stuart English, de la Northumbria School of Design.
Samsung, gigante de 170.000 empleados y que representa el 17% del PIB de Corea del Sur, es reconocida por todo menos por su creatividad. Su mentalidad es la de fabricar más rápido, más barato y mejor que sus competidores; pero quiere cambiar: subió su gasto en I+D un 40% en cinco años.
Microsoft es quien más invierte en I+D, 8.700 millones de dólares en 2010, un 14% de las ventas, pero arrastra la fama de copietas de Apple. "Quizás no hayamos sorprendido lo suficiente en algunas áreas, y la innovación consiste en sorprender", dice Andrew Herbert, director del centro de I+D de Microsoft en Inglaterra. El éxito de Apple no lo achaca a la innovación. "A veces la gente se deja impresionar por las buenas presentaciones de marketing".
China va camino de convertirse en la próxima potencia mundial en I+D. Según la organización mundial de propiedad intelectual, el año pasado las solicitudes de patentes cayeron un 11% en EE UU, un 8% en Europa y subieron apenas un 4% en Japón. La mitad de todas las solicitudes mundiales se registraron en China.
El Pais
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