El robot Asimo, fabricado por el grupo Honda y considerado el humanoide más avanzado del mundo, cumple mañana diez años, en los que ha perfeccionado su capacidad de identificar caras, servir mesas o incluso dirigir una orquesta.
Con aspecto de astronauta y movimientos muy parecidos a los humanos, Asimo fue presentado en Japón por la empresa Honda el 31 de octubre del 2000, después de catorce años de investigación para crear una máquina capaz de caminar como una persona.
El resultado fue este androide que nació con una altura de 120 centímetros y 43 kilos de peso, aunque con los años ha evolucionado y ahora mide 130 centímetros, pesa 54 kilos y ha aprendido a correr más deprisa, reconocer rostros y voces, memorizar frases y esquivar objetos.
Para celebrar su décimo cumpleaños, el grupo Honda ha publicado un vídeo en el que repasa en imágenes la evolución de Asimo (http://world.honda.com/ASIMO/10thmovie/index.html), al tiempo que ha creado algunas aplicaciones para móviles iPhone y Android en homenaje a su robot más famoso.
Pese a su corta edad, el pequeño Asimo puede presumir de haberse codeado con lo más granado; en 2005, por ejemplo, visitó el Parlamento Europeo y en 2003 acompañó al primer ministro japonés Junichiro Koizumi en un viaje oficial a Praga.
Aquella visita fue para expresar el agradecimiento de Japón a la República Checa por la palabra "robot", inventada por el dramaturgo checo Karel Capek (1890-1938) para su obra de teatro "R.U.R." (Rossums Universal Roboter).
Antes, en 2002, Asimo se convirtió en el primer no-humano que dio la famosa campanada que marca la apertura de sesión de la bolsa de Wall Steet; desde entonces también ha protagonizado giras por congresos tecnológicos, ha sido guía en el Museo de la Ciencia de Tokio y ha actuado en anuncios publicitarios.
Pero entre sus apariciones estelares está sin duda la que hizo en 2008 al frente de la Orquesta Sinfónica de Detroit, al tomar la batuta para dirigir "El hombre de la Mancha".
Programado para imitar al milímetro los gestos de un director, el robot sorprendió por sus movimientos realistas a los músicos, quienes, sin embargo, tuvieron que adaptarse a la incapacidad de Asimo para responder a imprevistos.
En el último año su apretada agenda incluyó una visita al Castillo de Windsor, un viaje a Turquía para un concurso de construcción de robots, un festival de ciencia y robótica en los Alpes suizos o una carrera automovilística en Rumanía.
Ahora, Honda trabaja para desarrollar aún más el sistema inteligente del robot a fin de que "asuma tareas que ayuden a hacer nuestras vidas más fáciles y más placenteras", aseguró el grupo nipón con motivo del décimo aniversario.
Se calcula que Honda ha fabricado cerca de medio centenar de modelos de Asimo, y en 2003 comenzó a alquilarlos por unos 20 millones de yenes anuales (unos 178.000 euros) a empresas, museos o parques temáticos.
La empresa comenzó a interesarse por el diseño y construcción de robots en 1986, año en que creó un modelo experimental de dos piernas metálicas capaces de caminar, aunque lo hacían extremadamente despacio y sólo en línea recta.
Aquel prototipo fue ganando en diseño, articulaciones y velocidad hasta lograr andar al ritmo de un hombre, y siete años después ya mantenía el equilibrio a la hora de subir escaleras.
Honda proyectó entonces un cuerpo para esas piernas: un grueso tronco con ordenador incorporado, extremidades superiores y cabeza en forma de casco, con el resultado de un modelo, bautizado como P1, de casi dos metros de altura y 175 kilos de peso.
Sus sucesores P2 y P3, desarrollados entre 1993 y 1997, eran ya más estilizados y capaces de moverse de forma independiente sin cables que los conectaran a un ordenador.
Ellos fueron los antepasados inmediatos de Asimo, un robot pionero que ahora, con una década cumplida, afronta, según anuncia Honda, el reto de desarrollar aún más su inteligencia artificial para convertirse en "un humanoide verdaderamente servible".
No hay comentarios:
Publicar un comentario