La disminución de la actividad solar podría contribuir al calentamiento de la Tierra en lugar de provocar su enfriamiento como se pensaba hasta ahora, según un estudio publicado en el último número de la revista científica "Nature".
Esta investigación sobre los efectos del sol en la temperatura de la Tierra - que ha llevado a cabo un equipo de expertos del Imperial College de Londres y de la Universidad de Colorado en EEUU- ha arrojado resultados imprevistos.
En el citado estudio se señala que la actividad solar se desarrolla en ciclos de once años y que cuando decrece la radiación que llega a la Tierra también es menor. Esto llevaba a pensar que se producía entonces una bajada de temperaturas en el planeta.
El equipo de investigadores se centró en la actividad solar producida entre los años 2004 y 2007, un periodo de actividad solar decreciente, y midieron la energía del sol en longitudes de onda diferentes.
Tras analizar los datos, vieron que durante el periodo estudiado, la actividad solar disminuyó pero que ese hecho no provocó, como habían anticipado, un enfriamiento del planeta.
Por lo contrario, los científicos observaron que el sol pudo haber ocasionado que la Tierra se calentara todavía más.
En base a estos hallazgos, este equipo consideró igualmente la posibilidad de que se pudiera generar una situación inversa: que en los periodos en los que la actividad solar es mayor, el planeta se enfríe en lugar de calentarse.
Según la autora principal del estudio, Joanna Haigh, estas conclusiones suponen un "desafío" a lo que la comunidad científica sostenía hasta ahora con relación al efecto solar en las temperaturas.
Esta experta en física atmosférica reconoce, no obstante, que la investigación se centra en un corto periodo de tiempo por lo que hay que ampliar el estudio antes de llegar a una conclusión definitiva.
Esta investigación sobre los efectos del sol en la temperatura de la Tierra - que ha llevado a cabo un equipo de expertos del Imperial College de Londres y de la Universidad de Colorado en EEUU- ha arrojado resultados imprevistos.
En el citado estudio se señala que la actividad solar se desarrolla en ciclos de once años y que cuando decrece la radiación que llega a la Tierra también es menor. Esto llevaba a pensar que se producía entonces una bajada de temperaturas en el planeta.
El equipo de investigadores se centró en la actividad solar producida entre los años 2004 y 2007, un periodo de actividad solar decreciente, y midieron la energía del sol en longitudes de onda diferentes.
Tras analizar los datos, vieron que durante el periodo estudiado, la actividad solar disminuyó pero que ese hecho no provocó, como habían anticipado, un enfriamiento del planeta.
Por lo contrario, los científicos observaron que el sol pudo haber ocasionado que la Tierra se calentara todavía más.
En base a estos hallazgos, este equipo consideró igualmente la posibilidad de que se pudiera generar una situación inversa: que en los periodos en los que la actividad solar es mayor, el planeta se enfríe en lugar de calentarse.
Según la autora principal del estudio, Joanna Haigh, estas conclusiones suponen un "desafío" a lo que la comunidad científica sostenía hasta ahora con relación al efecto solar en las temperaturas.
Esta experta en física atmosférica reconoce, no obstante, que la investigación se centra en un corto periodo de tiempo por lo que hay que ampliar el estudio antes de llegar a una conclusión definitiva.
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