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2012/01/30

La Tierra aguarda la gran erupción solar

En la madrugada del pasado lunes se producía una erupción solar que, poco tiempo después, provocaba preciosas auroras en los extremos de la Tierra. Fue la más intensa de los últimos siete años pero apenas una suave brisa si se compara con la tormenta solar de agosto y septiembre de 1859, que provocó que en latitudes tan bajas como Cuba o España la aurora iluminara la noche, las brújulas de los barcos se volvieran locas y hasta las estaciones de telégrafo ardieran. Sólo el escaso desarrollo tecnológico de entonces evitó el desastre. Hoy, la civilización humana es mucho más dependiente de los caprichos del Sol.
La erupción solar de esta semana fue catalogada de clase M8,7 en una escala que incluye los grados A, B, C, M y X, como fue la de 1859. Al igual que en el caso de los terremotos, se trata de un gradiente logarítmico; aquí cada letra refleja una liberación de energía diez veces superior a la anterior. La explosión de radiación proviene de la liberación de la energía magnética asociada a las manchas solares y son el evento más explosivo del sistema solar.

"Las llamaradas y erupciones solares son algo así como un, dos, tres, boom", cuenta el científico experto en tormentas solares de la NASA Antti Pulkkinen. "El primer golpe tiene que ver con la radiación electromagnética proveniente de la erupción, y puede durar algunos minutos u horas. El segundo golpe es la generación de partículas que se mueven muy rápido, y esto puede durar varios días. Y después viene lo serio, el tercer golpe, que se produce cuando una nube masiva golpea el área del espacio cercana a la Tierra, y este impacto puede durar varios días", explica.
El Sol no sólo es luz; también es un gigantesco campo magnético, con líneas magnéticas recorriendo de polo a polo. Su fuerza rotatoria va torciendo estas líneas imaginarias en un ciclo que dura unos 11 años. En el clímax de su torcimiento se crean las manchas solares en la zona ecuatorial de la estrella. En ocasiones, como esta semana, enormes burbujas de gas y magnetismo se liberan y consiguen superar la barrera magnética (corona) que rodea el Sol, provocando una eyección de masa coronal que sale disparada hacia el espacio. Si la Tierra se encuentra en su trayectoria puede pasar lo peor.
Como explica Pulkkinen, la triple oleada tiene diferentes consecuencias en la Tierra. Lo primero en llegar es la luz, que incluye rayos X y ultravioleta. Esto provoca la ionización de la atmósfera superior de la Tierra, interfiriendo en las comunicaciones de radio. Detrás llega la tormenta de radiaciones. Los astronautas están obligados a protegerse tras un aviso de su llegada. La tercera en venir es la nube de partículas de alta energía. Sus partículas cargadas eléctricamente interactúan con la magnetosfera terrestre provocando fluctuaciones hasta desencadenar una tormenta magnética.

"Esperamos que este evento tenga un impacto moderado. No creemos que haya ningún gran problema con el funcionamiento de los sistemas tecnológicos ni en el espacio ni en tierra", explicaba Pulkkinen antes de que la nube de protones llegara. En efecto, aparte de la multiplicación de las auroras boreales, que se pudieron ver en latitudes algo más bajas, no hubo mayores problemas. Algunas compañías aéreas desviaron los aviones que aprovechan las rutas polares para hacer su trayecto más corto, y poco más.
Pero el ciclo solar está alcanzando su máximo y los científicos esperan que hasta 2013 se produzcan más llamaradas, algunas de gran intensidad. Toda la que alcance la categoría X podría dejar fuera de combate las comunicaciones por radio, alteraría la fiabilidad del GPS, provocaría apagones eléctricos generalizados y hasta radiación en los pasajeros de los vuelos de gran altitud.
"La actividad solar seguirá creciendo en los próximos años. Durante este tiempo esperamos que el número de eventos aumente, así como el tamaño de algunos de los acontecimientos. Los más grandes son raros (como los grandes terremotos o las mayores inundaciones) pero suceden", sostiene el científico de la misión solar SOHO/EIT de la NASA, Alex Young. Para él, la de 1859 fue "la tormenta perfecta" porque se dieron circunstancias para que su impacto fuera grande. Por un lado, la erupción se produjo de frente a la Tierra. Además hay evidencias de que no hubo una sino dos tormentas que se solaparon. La probabilidad de que se repita es baja pero "es posible que nosotros asistamos a un evento tan grande como el de 1859", añade.

Según un estudio de la National Academies de EEUU de 2008, una erupción solar como la de 1859 desencadenaría hoy una tormenta geomagnética que afectaría críticamente a las infraestructuras modernas. Entonces, la llamarada provocó tal nube de partículas que aplastó la magnetosfera. Este círculo invisible de magnetismo protege a la Tierra de los vientos solares y la mayor parte de la radiación cósmica. Su alcance es de unos 60.000 kilómetros pero en 1859 se contrajo hasta los 7.000 kilómetros por la presión invisible que procedía del Sol.
Lo primero que sucedería con una erupción solar de clase X sería que la ionosfera terrestre se calentaría, cambiando su densidad y composición, lo que afectaría a las comunicaciones por radio y a la señal del GPS. Peor aún, puede crear intensas corrientes eléctricas en la ionosfera llamadas electrojets. Estas corrientes provocan un fenómeno eléctrico denominado "centelleo" que cambia la amplitud, fase, polarización y el ángulo de llegada de las señales. Según un informe del Departamento de Seguridad Interior de EEUU, la señal del GPS no sólo llegaría degradada sino que la tormenta geomagnética podría impedir que la Tierra recibiera la señal emitida por los 30 satélites de la constelación GPS.
En tierra, las cosas no serían mejores. La troposfera se cargaría de electricidad de tal manera que hasta el agua de los océanos echaría chispas. Tal cantidad de energía buscaría un camino por donde moverse: de los cables eléctricos a los transformadores, recalentándolos hasta quemarlos. Durante la tormenta de marzo de 1989, la zona occidental de Canadá se quedó a oscuras.

Conferencia preparatoria

"Una tormenta similar en la actualidad nos podría dejar asombrados", explicaba el físico de la NASA Lika Guhathakurta, en una conferencia organizada el verano pasado. Decenas de expertos y responsables del Gobierno acudieron para responder a la pregunta de si estamos preparados para la próxima gran tormenta solar. "La sociedad moderna depende de sistemas de alta tecnología, y todas son vulnerables", añadió Guhathakurta.
El gran problema es que no se sabe cuando será la siguiente tormenta ni su intensidad. Se conoce bien el ciclo solar, se sabe que está a punto de alcanzar su clímax, pero nada más. La NASA y la agencia espacial europea han sembrado los alrededores del Sol de una red de sensores. La mayoría están diseñados para labores de investigación, pero los más recientes, como el Solar Dynamics Observatory, tienen entre sus misiones vigilar la aparición de nuevas erupciones. Son ellos los que pueden avisar con entre 15 o 30 minutos de antelación. Con la información recibida, el Centro de Predicción del Tiempo Espacial de la NOAA (agencia de EEUU) elabora partes diarios para un millar de empresas e instituciones de todo el mundo.
Aunque se está trabajando en modelos informáticos para anticiparse al Sol, lo más realista hoy es prepararse para minimizar su impacto. A finales de 2010, EEUU puso en marcha el programa Escudo Solar. Su primer objetivo es modelar en tres dimensiones la eyección de masa coronal camino de la Tierra. Esta tercera oleada tarda varias horas y hasta un día en llegar. Con el modelo se puede anticipar dónde y con qué intensidad golpeará. En ese tiempo, los responsables de las infraestructuras deberán suspender los elementos clave para evitar que, como en 1859, los telégrafos ardan.

2011/08/19

Las manchas solares se pueden predecir


Un equipo de investigadores de la Universidad de Stanford (EEUU) ha asegurado que es capaz de predecir la formación de manchas solares con hasta dos días de antelación. La predicción de este tipo de fenómenos, que tiene lugar en la superficie del Sol, "supone un primer paso para prevenir las tormentas solares que causan problemas en las comunicaciones terrestres", según ha explicado Stathis Ilionidis, principal autor del estudio, que ha sido publicado hoy en Science.
Aunque el origen de este tipo manchas no está del todo claro para los astrofísicos, la teoría más aceptada establece que estas se forman debido a la intensa actividad magnética que se produce a 200.000 kilómetros bajo la superficie del Sol. Cuando estos campos magnéticos llegan a la superficie, la temperatura de la zona afectada desciende, con lo que su luminosidad también se reduce y aparece una mancha oscura. Según explica Manuel Collados, experto en física solar del Instituto Astrofísico de Canarias, el principal problema es que "no hay evidencias observacionales, ya que no es posible estudiar campos magnéticos a tanta profundidad".

Los autores del estudio han utilizado una técnica denominada heliosismología, "similar a la que usan los sismólogos para estudiar el interior de la Tierra", afirma Ilionidis. Gracias a dicho procedimiento, los investigadores han podido detectar manchas solares a una profundidad de 65.000 kilómetros en el interior del Sol, que "llegarán a la superficie entre uno y dos días después de haber sido detectadas", asegura Ilionidis.
Según este investigador, "las regiones donde se producen las manchas solares son susceptibles de sufrir erupciones que también suponen un riesgo para las misiones espaciales", por la radiación que pueden recibir los astronautas y por los fallos que pueden provocar en las aeronaves.

2011/06/08

El Sol pegó un reventón ayer

El Sol desató una potente llamarada solar M2 (mediana), una tormenta de radicación de clase S1 (menor) y una espectacular eyección de masa coronal (CME) este martes 7 de junio, desde una zona de manchas solares denominada 1.226/1227. La gran nube de partículas se multiplicó y diseminó hasta cubrir un área de casi la mitad de la superficie solar.
El Observatorio de Dinámica Solar (SDO) observó el pico de la llamarada a las (06.41 UTC), dos horas más para la España peninsular. SDO registró imágenes en luz ultravioleta extrema que muestran una erupción muy grande de gas frío. Es algo único porque en muchos lugares de la erupción parece que hay material aún más frío, con temperaturas inferiores a 80,000 K. (unos -193 celsius).
Cuando se aprecia a través de la coronografía del Observatorio Solar y Heliosférico (SOHO), el evento muestra plasma brillante y partículas de alta energía emergiendo violentamente del sol. La tormenta magnética se está moviendo a una velocidad de 1.400 kilómetros por segundo y de acuerdo con los modelos de la NASA, los efectos de la eyección de masa coronal llegarán al campo magnético de la Tierra antes del 9 de junio.

Publico

2011/02/18

Llamaradas solares llegan a la Tierra

Científicos de todo el mundo observan muy de cerca tres erupciones del Sol cuyos efectos empezaron a llegar a la Tierra desde el jueves y seguirán hasta el viernes.
Estas "eyecciones de masa coronal" -ondas de radiación y viento solar que se desprenden del Sol- golpearán el escudo magnético de la Tierra.
Las olas de partículas solares cargadas son el resultado de tres llamaradas solares dirigidas hacia la Tierra en días recientes, entre ellas se encuentra la más poderosa desde 2006.
Las llamaradas más grandes pueden interrumpir el funcionamiento de la tecnología.
Entre las áreas afectadas se encuentran las redes eléctricas, así como los sistemas de comunicaciones y los satélites.
El evento también provocará que la aurora boreal sea más visible ya que podrá ser observada desde el norte de Reino Unido.
"Actualmente pensamos que el efecto de la llamarada solar puede alcanzar la Tierra entre la tarde del jueves y posiblemente el viernes en la mañana", señaló Alan Thomson, director de geomagnetismo del British Geological Survey (BGS).
"En la comunidad científica, existe una corriente de opinión que no es tan intenso como al principio pensamos que podría ser, pero todavía es posible que sea un evento bastante grande para nosotros poder ver la aurora boreal en el Reino Unido", agregó.
Sin embargo, las previsiones del clima sugieren condiciones de nubosidad que podrían obstaculizar el avistamiento de la aurora.

Impacto tecnológico

La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés) informó que tres de las eyecciones de masa coronal estaban en camino hacia la Tierra como resultado de las erupciones solares registradas el 13, 14 y 15 de febrero.
La llamarada registrada a las 0156 GMT el 15 de febrero fue la más fuerte en cuatro años, según la agencia espacial de Estados Unidos (NASA) que monitorea la actividad del Sol.
El evento fue denominado una llamarada de clase X, es decir, del tipo más intenso.
Las llamaradas solares son causadas por la liberación súbita de energía magnética almacenada en la atmósfera del Sol.
Sus efectos pueden interferir con la tecnología moderna en la Tierra, tales como las redes de energía eléctrica, sistemas de comunicaciones y los satélites -incluyendo las señales de navegación por satélite.
Los científicos esperaban que la mayor actividad geomagnética se produciera el jueves, pero los medios de comunicación estatales de China informaron con antelación sobre algunos trastornos en las comunicaciones por radio de onda corta en el sur del país.

Tormenta geomagnética

En 1972, una tormenta geomagnética provocada por una erupción solar ocasionó la caída de las comunicaciones telefónicas de larga distancia a través del estado de Illinois, en Estados Unidos.
En 1989, otra tormenta dejó a seis millones de personas en la oscuridad en la provincia canadiense de Quebec.
Thomson dijo que era posible que en esta ocasión, la infraestructura se vea afectada, pero subrayó: "La llamarada de clase X que se observó el otro día fue menor en magnitud que las erupciones similares que han sido asociadas con daños tecnológicos, como la pérdida de la red eléctrica de Quebec ... e incluso la gran tormenta magnética en 2003, que causó algunos daños a los satélites en órbita".
Los científicos tendrán alrededor de media hora de aviso antes de que la ola de partículas cargadas estén a punto de golpear el escudo magnético de la Tierra.
Para ello, un satélite de la NASA llamado Ace (Explorador de Composición Avanzada) registra la radiación solar en sus instrumentos.
"Estamos sentados esperando que el evento suceda," aseguró Thompson.
Los investigadores señalan que el Sol se comenzó a despertar después de un período de varios años de baja actividad.

BBC Mundo

2011/01/26

Betelgeuse no será el segundo sol de la Tierra

Ahora resulta que todo fue una farsa. Aquello de que la Tierra tendría un segundo sol tras la explosión de Betelgeuse, una de las estrellas más luminosas del cielo, fue terminantemente desmentido por un grupo de astrónomos, que calificó de "disparate" a la cuestión.

Brad Carter, profesor de Física en la Universidad del Sur de Queensland, en Australia, fue uno de los expertos que predijo este impactante hecho: "cuando explote, brillará tanto que parecerá que hay dos soles en el firmamento", había señalado.

Sin embargo, Philip Goode, experto del Instituto Tecnológico de Nueva Jersey, en Estados Unidos, echó por tierra la versión al afirmar que el estallido de la supernova podría concretarse, pero aclaró que el brillo no formará otro astro en el cielo. Por su parte, el astrónomo estadounidense, Phil Plait, quien trabaja para Discovery, señaló que no hay razón para creer que la explosión se produzca el año que viene, como había predicho Carter.

El científico coincidió con su colega australiano respecto de que el estallido no dañará la Tierra, ya que Betelgeuse se encuentra a 640 años luz del globo. "Para que se generen consecuencias en la corteza terrestre, la estrella debería estar a una distancia de 25 años luz", subrayó.

La Gaceta

2011/01/07

Resuelto el enigma de la temperatura del Sol

Un grupo de científicos de EEUU cree haber resuelto uno de los mayores enigmas sobre el sistema solar: por qué la atmósfera del Sol, la llamada corona, es millones de grados más caliente que su superficie. Los investigadores, apoyados por la NASA, han observado chorros de gas ardiente que se disparan desde la superficie del Sol hacia la corona a una velocidad muchas veces superior a los 100 kilómetros por segundo y que se desvanecen en seguida.
En 2007, ya se había sugerido la existencia de estas espículas, cuya gran velocidad suponía una elevadísima temperatura del gas, pero no se habían observado directamente. Ahora, los investigadores, liderados por el físico Bart de Pontieu, han captado el fenómeno gracias a nuevos instrumentos a bordo del telescopio espacial Solar Dynamics Observatory de la NASA, lanzado en febrero de 2010, y del satélite japonés Hinode, en órbita desde 2006. Su estudio se publica hoy en la revista Science.
"El calentamiento de las espículas hasta millones de grados no se había observado nunca, así que su papel en el calentamiento de la corona se había desestimado", explica De Pontieu, del Laboratorio Solar y de Astrofísica Lock-heed Martin, en Palo Alto (California).

Publico

2010/10/11

La disminución de actividad solar contribuye a calentar la Tierra, según estudio

Canarias7

La disminución de la actividad solar podría contribuir al calentamiento de la Tierra en lugar de provocar su enfriamiento como se pensaba hasta ahora, según un estudio publicado en el último número de la revista científica "Nature".

Esta investigación sobre los efectos del sol en la temperatura de la Tierra - que ha llevado a cabo un equipo de expertos del Imperial College de Londres y de la Universidad de Colorado en EEUU- ha arrojado resultados imprevistos.

En el citado estudio se señala que la actividad solar se desarrolla en ciclos de once años y que cuando decrece la radiación que llega a la Tierra también es menor. Esto llevaba a pensar que se producía entonces una bajada de temperaturas en el planeta.

El equipo de investigadores se centró en la actividad solar producida entre los años 2004 y 2007, un periodo de actividad solar decreciente, y midieron la energía del sol en longitudes de onda diferentes.

Tras analizar los datos, vieron que durante el periodo estudiado, la actividad solar disminuyó pero que ese hecho no provocó, como habían anticipado, un enfriamiento del planeta.

Por lo contrario, los científicos observaron que el sol pudo haber ocasionado que la Tierra se calentara todavía más.

En base a estos hallazgos, este equipo consideró igualmente la posibilidad de que se pudiera generar una situación inversa: que en los periodos en los que la actividad solar es mayor, el planeta se enfríe en lugar de calentarse.

Según la autora principal del estudio, Joanna Haigh, estas conclusiones suponen un "desafío" a lo que la comunidad científica sostenía hasta ahora con relación al efecto solar en las temperaturas.

Esta experta en física atmosférica reconoce, no obstante, que la investigación se centra en un corto periodo de tiempo por lo que hay que ampliar el estudio antes de llegar a una conclusión definitiva.

2010/10/08

Cambio climático: sorpresa solar

BBC Mundo

La influencia del Sol en el calentamiento global puede haber sido sobreestimada, según un nuevo estudio publicado en la revista Nature.
La actividad solar aumenta y disminuye en un ciclo de 11 años. De modo que, en teoría, la cantidad de radiación solar que llega a la Tierra debe ser menor durante la fase baja del ciclo.
El estudio fue realizado entre 2004 y 2007, cuando la actividad solar estaba en su período menor.
Los investigadores constataron que la luz ultravioleta efectivamente disminuyó, pero, contrariamente a lo esperado, la luz en la parte visible del espectro aumentó, causando un incremento en la temperatura.

"No podemos extrapolar"

Los nuevos datos importan fundamentalmente por el debate en torno al impacto de la actividad humana en el calentamiento global.
Los escépticos señalan que la temperatura en la Tierra oscila de acuerdo a variaciones en la actividad solar.
¿Permite el estudio concluir que el Sol no influye en el calentamiento global como se esperaba?
"No podemos extrapolar a partir de un período de tres años, no podemos siquiera afirmar que algo similar haya ocurrido en anteriores ciclos solares", dijo a la BBC la jefa del equipo de investigadores, Joanna Haigh, del Imperial College en Londres.
Haigh y sus colegas afirman que podría ser necesario revisar la forma en que los actuales modelos computacionales consideran la influencia del Sol en el aumento de la temperatura en la Tierra.
Pero al mismo tiempo aclaran que los nuevos datos no afectan la posición generalmente aceptada de que la principal causa del cambio climático es la producción de gases de efecto invernadero por la actividad humana.
El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) concluyó que las emisiones causadas por la humanidad en el siglo XX tuvieron un impacto diez veces mayor en el aumento de temperatura que el leve incremento registrado en la actividad solar.

El crucial satélite SORCE

Uno de los factores que más varía en el ciclo solar es la radiación ultravioleta. Es difícil medirla en la Tierra, porque es absorbida en gran parte por la atmósfera y por eso se utilizan satélites.
Uno de los satélites dedicado a medir la actividad solar es el llamado Experimento sobre Radiación Solar y Clima (Solar Radiation and Climate Experiment o SORCE) lanzado por la NASA en 2003, cuyos datos son recopilados y analizados por la Universidad de Colorado, en Boulder, Estados Unidos.
Los instrumentos a bordo del satélite miden cambios en la energía emitida por el Sol, distinguiendo los distintos componentes del espectro, desde la luz infrarroja a la ultravioleta, pasando por la visible.
La diferencia en el comportamiento de la radiación ultravioleta y la luz visible no había sido constatada por otros satélites. ¿Significa esto que SORCE no es preciso, que es mejor o simplemente que sus observaciones son válidas sólo para esta etapa del ciclo solar?
El satélite SORCE continúa registrando datos y puede ser que en el futuro se pueda determinar con mayor precisión si los modelos deben ser revisados o si estos tres años corresponden a un ciclo solar inusual.

2010/08/16

¿Por qué el Sol estuvo más "lento"?

BBC Mundo

Un grupo de científicos estadounidenses cree haber descubierto por qué recientemente el Sol tuvo un período de baja actividad.
El Sol ha atravesado hace un año y medio el más profundo mínimo en casi todo un siglo.
Esta quietud hizo que el último ciclo de actividad del astro se prolongara durante 12,6 años, lo que lo convirtió en el más largo en casi 200 años.
Durante el mínimo solar, el astro es menos activo, produce menos manchas solares y menos llamaradas.
La nueva investigación indica que esta etapa inusualmente prolongada puede haberse debido a algunos cambios en la manera en que una "sopa caliente de partículas llamadas plasma circularon en el Sol", según explica Howard Falcon–Lang, especialista en Ciencia de la BBC.

Cinturón solar

El estudio, realizado por un equipo dirigido por Mausumi Dikpati, del Centro Nacional de Investigaciones Atmosféricas de Estados Unidos (National Center for Atmospheric Research), fue publicado en la revista Geophysical Research Letters.
La actividad solar se fortalece y debilita en un ciclo que generalmente dura 10,7 años. Desde que se empezaron a cuantificar en 1755, ha habido 24 de estos ciclos solares.
El número 23, que terminó en diciembre de 2008, fue más largo que el promedio y además registró el menor número de manchas solares en un siglo. Las manchas solares son áreas de actividad magnética intensa que se ven como máculas oscuras en la superficie de la ardiente estrella.
El estudio sugiere que una de las razones de la debilidad del ciclo puede haber respondido a cambios en el Cinturón de Transporte del Sol.
Parecido a las corrientes oceánicas de la Tierra, este cinturón transporta plasma desde la superficie a los polos, para hundirse y reaparecer en el ecuador. En el último ciclo, el cinturón habría sido más prolongado y el flujo de plasma, más lento.

2010/08/04

Devastadora tormenta solar no llegó a tiempo; ¿vendrá en 2014?

Pueblo en Linea

Los agoreros y seguidores que anunciaban una tormenta solar devastadora para el día de ayer deberán sentarse de nuevo a esperar, porque el 3 de agosto transcurrió como un día más para este planeta, ya atribulado lo suficiente por otras cargas y conflictos.

Mucho se ha especulado, sin que nada quede en claro aún, sobre en qué circunstancias se producirá esa especie de cataclismo, que según algunos enterados destruiría los satélites alrededor de la Tierra, provocando a escala global la interrupción de los sistemas de energía eléctrica y de comunicaciones.

Algunos expertos aseguran que sus “previsiones” se basan principalmente en el estallido de las manchas del sol ocurridas el 1 de agosto, cuando las mismas se produjeron con cierta debilidad. A juzgar por la situación actual, lo acontecido ha tenido un impacto muy reducido en la Tierra.

A fines de la semana pasada, varios satélites registraron el estallido de una tormenta solar, de la cual se desprendieron ondas cuyo impacto fue registrado por un novedoso satélite de la NASA de EEUU. Las fotos captadas por el equipo muestran que esas ondas han entrado en el espacio.

¿Llega o no la tormenta?

Li Hui, investigador del Observatorio del Monte Púrpura, explicó que el estallido de las manchas del sol tuvo lugar el 1 de agosto a las 15:00 horas de Beijing y que duró sólo una hora y minutos. El presente es un año de mínimas actividades de máculas, durante el cual tampoco el Sol se ha mostrado activo. En comparación con el descomunal estallido de 2003, las explosiones de este año tienen apenas una milésima parte de fuerza.

Li Hui sostuvo que si se calculaba el ritmo promedio de avance de la tormenta solar, la misma impactaría la Tierra para el tres de agosto, en lo cual coincidió con expertos extranjeros. Estudiosos estadounidenses, sin embargo, habían anunciado que la tormenta no tendría el menor impacto en la Tierra, debido a su lentitud y trayectoria de desplazamiento, y que debía llegar a nuestro planeta el 5 ó 6 de agosto.

Predicciones:Las máculas se activarán en 2014

El análisis sobre el estado de calma del sol en los últimos años arroja que la próxima tormenta llegará en 2014.

Algunos astrónomos sostienen que no todas las tormentas solares tienen efecto en la Tierra. “Sólo cuando la región de la tormenta en el sol está ubicada frontalmente a la Tierra, hay serias amenazas.”

2010/07/21

Descubren una estrella gigante de 300 veces la masa del Sol

Fuente: 20minutos.

Científicos han descubierto las estrellas más masivas encontradas hasta ahora, una de ellas con el peso de nacimiento de más de 300 veces la masa del Sol y la más masiva y luminosa encontrada hasta la fecha, gracias a una combinación de instrumentos del Very Large Telescope del Observatorio Europeo Austral (ESO).
Un equipo de astrónomos dirigido por Paul Crowther, profesor de Astrofísica de la Universidad de Sheffield, utilizó el Very Large Telescope (VLT) de ESO, así como información de archivo del Telescopio Espacial Hubble de NASA/ESA para estudiar en detalle dos cúmulos jóvenes de estrellas: 'NGC 3603' y 'RMC 136a'.

La estrella, conocida como 'R136a1', ha sido encontrada en el cúmulo 'R136', y se trata de la estrella más masiva que se haya descubierto, con una masa actual de 265 masas solares y un peso al nacer de unas 320 veces la masa del Sol. Además, la estrella es también es la más luminosa, unas diez millones de veces más que el Sol.
"La existencia de tales monstruos, millones de veces más luminosos que el Sol, que pierden peso a través de vientos muy poderosos, podría proporcionar una respuesta a la incógnita de cuán masivas pueden ser las estrellas", señala ESO.

'NGC 3603' es una fábrica estelar donde las estrellas se forman intensamente en las extensas nubes de gas y polvo de la nebulosa, ubicada a 22.000 años luz de distancia del Sol. Por su parte, 'RMC 136a'es otro cúmulo de estrellas calientes jóvenes y masivas, ubicado dentro de la Nebulosa de la Tarántula a 165.000 años luz de distancia.
Las estrellas muy masivas producen flujos muy poderosos. "Estas estrellas nacen pesadas y pierden peso con la edad. Al tener un poco más de un millón de años, la estrella más extrema 'R136a1' está en una 'edad mediana' y ha sufrido una intensa pérdida de peso", ha explicado Paul Crowther.
Si no estuviera el sol
Si 'R136a1' reemplazara al Sol en el Sistema Solar, sobrepasaría al Sol tanto como el Sol sobrepasa actualmente a la Luna llena. "Su alta masa reduciría el largo del año de la Tierra a tres semanas y bañaría a la Tierra con una radiación ultravioleta increíblemente intensa, haciendo imposible la vida en nuestro planeta", dice Raphael Hirschi, de la Universidad Keele y parte del equipo.
En opinión de ESO, comprender cómo se forman las estrellas muy masivas es bastante difícil debido a sus cortas vidas y fuertes vientos, por lo tanto, identificar casos tan extremos como el de 'R136a1' aumenta aún más el desafío para los teóricos.

2010/02/12

La NASA lanza con éxito "el ojo que siempre mirará al Sol"

Fuente: Publico.

La NASA lanzó hoy con éxito su nuevo observatorio solar al espacio, después de que tuviera que aplazar el miércoles el primer intento debido a condiciones meteorológicas adversas en Cabo Cañaveral, en el sur de Florida.

La agencia espacial estadounidense informó de que el cohete Atlas V partió a las 15.23 GMT de la plataforma 41 en la Estación de las Fuerzas Aéreas de Cabo Cañaveral para impulsar el Observatorio de Dinámicas Solares (SDO por sus siglas en inglés) al espacio, donde, en una misión de cinco años, estudiará el sol.

El observatorio está en buenas condiciones después del lanzamiento, indicó la NASA, que explicó que el cohete llevará al SDO a una órbita a unos 33.800 kilómetros sobre la tierra. Después prevé que el observatorio gire en órbita a casi 36.000 kilómetros sobre la superficie terrestre.

Desde esa altura, el observatorio apuntará sus instrumentos al sol y transferirá los datos e imágenes casi instantáneamente a la tierra, a una estación situado en Nuevo México. La investigación tiene como fin revelar la "vida interior" del sol, por lo que el SDO tomará imágenes de alta resolución, recogerá datos y medirá su campo magnético.

Los resultados de la misión podrían proporcionar a científicos e investigadores los datos necesarios para predecir tormentas solares y otras "actividades" del sol que puedan afectar a los transbordadores, a sus astronautas en la Estación Espacial Internacional (EEI) y a sistemas en la tierra, como el electrónico.

El mayor conocimiento de los cambios meteorológicos en el sol y su efecto sobre el sistema permitirán, también, estar alerta en la Tierra sobre posibles tormentas solares catastróficas que podrían interferir las redes de energía eléctrica y comunicaciones en todo el planeta.

2009/09/03

El día en que estalló el Sol

Fuente: BBC Mundo.

Cuentan que fue en una mañana soleada en Inglaterra cuando el astrónomo Richard Carrington detectó una cantidad inusitada de manchas solares.

De repente, una luz blanca estalló.

Carrington, conmocionado y fascinado, corrió a buscar a otros para que presenciaran lo que mostraba su telescopio.

Ocurría la más potente tormenta solar registrada en la historia y que afectó a la mayor parte del planeta entre el 1º y el 2 de septiembre de 1859 al enviar a la Tierra una extraordinaria cantidad de energía.

Hubo incendios, cortocircuitos, se interrumpieron las comunicaciones al paralizarse las recién inventadas líneas telegráficas en países como Estados Unidos y el Reino Unido.

Una aurora boreal apareció en regiones tan alejadas del Ártico como Cuba o Hawaii.

Los científicos advierten que el fenómeno de hace 150 años, conocido como la Fulguración de Carrington, podría repetirse.

Lo que no se sabe es cuándo.

En riesgo

La Tierra podría quedarse paralizada, con los servicios tecnológicos interrumpidos durante muchos días, según advierten los expertos.

Un informe reciente de la Academia Nacional de las Ciencias, en EE.UU., dice que los daños de una tormenta como la de 1859 podrían cuantificarse en millones de millones de dólares.

En declaraciones a la BBC Stuart Clark, astrónomo y autor del libro The Sun Kings sobre la Fulguración de Carrington, explica que "nuestra dependencia de satélites para la comunicación y la navegación nos pone en riesgo ante esta clase de tormentas".

El experto expresa que ya en 1989 en Quebec, Canadá, se tuvo un adelanto de lo que podría pasar.

En esa fecha, una tormenta solar, obviamente mucho menos intensa que la de 1859, ocasionó que una planta hidroeléctrica se detuviese durante varias horas, con pérdidas de cientos de millones de dólares.

Con respecto a qué se puede hacer durante una tormenta de gran magnitud, Clark opina que "simplemente desconectar la generación de electricidad por el tiempo que dure el fenómeno, lo cual sin duda, ocasionará muertes".

Incómoda

Lo que pasó en el siglo XIX se debió a una combinación de eventos por los cuales las manchas solares, con sus potentes campos magnéticos, se entrecruzaron, con una consiguiente liberación de energía violenta, o llamarada solar.

Ocurrió, entonces, la disrupción más potente en la ionosfera de la Tierra en toda la historia, como se explica en el sitio electrónico de la Nasa.

Bruce Tsurutani, físico del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la Nasa, expone en ese mismo sitio que "con la llamarada vino la liberación de una nube de plasma cargada magnéticamente y denominada eyección de masa coronal".

Según manifiesta, "no todas las eyecciones de masa coronal se dirigen hacia la Tierra. Tardan normalmente de tres a cuatro días en llegar aquí. Ésta tardó 17 horas y 40 minutos".

Clark explica, entretanto, que "estamos en un momento en que la actividad solar se encuentra en un mínimo prolongado".

El sol, más quieto que nunca

Y "esta situación no es cómoda porque las más grandes llamaradas, como la de 1859, han aparecido de manera inesperada cuando el sol se encuentra en quietud".

Más aún, "he escuchado a científicos refiriéndose al peligro de llamaradas actuales y entramos en un período de actividad magnética que las podría potenciar", explica.

Breve advertencia

Cada vez mejoramos en la capacidad de predicción de este tipo de fenómenos, en opinión de Clark.

En cuanto a la detección, "los primeros signos de alerta vendrían de satélites que monitorean al Sol. La Nasa tiene uno, el Ace, que mide la fuerza de la corriente de partículas procedentes del Sol y nos permite saber con qué magnitud seríamos golpeados".

El problema con Ace es que "nos advertiría con sólo 15 ó 16 minutos de antelación".

Pero hay otros sistemas "que observan directamente al Sol y una vez que se inicien las llamaradas podemos ver si van a generar erupciones. Este es el caso de la misión Soho (Solar Heliospheric Observatory, en inglés) de la Agencia Europea del Espacio y la misión Stereo (Solar Terrestrial Relations Observatory), de la Nasa.

De esa manera -continúa Clark- "si vemos una de estas erupciones en la superficie solar tendríamos entre 18 y 36 horas de advertencia".

Por todas las consecuencias a nivel tecnológico y económico que traería para el planeta una gran tormenta solar es que la NASA y otras agencias espaciales han considerado como una prioridad el desarrollo de un sistema para predecir las erupciones en el Sol.