Un grupo de investigadores chinos, dirigido por el paleoantropólogo estadounidense Erik Trinkaus y el chino Wu Liu, ha hallado un fragmento de mandíbula y dos muelas de un individuo que vivió en el sur de China hace unos 100.000 años. Era, inequívocamente, un Homo sapiens. La comunidad científica se enfrenta ahora a los restos de un hombre moderno que han aparecido en un lugar y en una fecha en la que no deberían estar y ponen patas arriba lo asumido hasta ahora.
Según los investigadores, los Homo sapiens coexistieron en Asia con los humanos arcaicos, lo que en Europa llamamos neandertales, durante más de 50.000 años. Y, según explica Trinkaus a Público, aprovecharon el tiempo juntos. "Se cruzaron", asegura el científico, de la Universidad Washington en San Luis, que ya describió en 2003 restos de los primeros humanos modernos europeos en Rumanía.
Sexo con descendencia
La mandíbula, desenterrada en 2007 en la cueva de Zhiren -en una zona montañosa de la región de Guangxi, pegada a Vietnam-, es prácticamente como la de cualquier humano moderno, pero más robusta, como la de los neandertales. Su edad, 60.000 años más que las evidencias conocidas hasta ahora, y morfología apuntan a que los Homo sapiens salieron de África mucho antes de lo que se pensaba, protagonizando "una dispersión con asimilación o continuidad poblacional con flujo genético", según los científicos.Traducido a un lenguaje llano, los primeros humanos modernos abandonaron África hace más de 100.000 años y en su periplo por Asia copularon con otras poblaciones arcaicas. Y, según subraya Trinkaus, adoptaron un mismo estilo de vida. "Las diferencias de comportamiento entre estos dos grupos fueron más pequeñas y más sutiles de lo que se pensaba", señala el investigador.
Los autores, no obstante, apuntan otra posibilidad en su artículo, publicado hoy en la revista PNAS: "El surgimiento de manera independiente de estos rasgos en Asia Oriental". Si se confirmara esta hipótesis, sería una revolución. El multirregionalismo, enemigo de la Teoría Fuera de África, sostiene que el Homo sapiens apareció de manera gradual en varios puntos del planeta. Para el paleobiólogo Antonio Rosas, del Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC), "el hallazgo es contradictorio con todo lo que conocemos hasta ahora". No obstante, pide cautela, ya que "el multirregionalismo no ha sido aceptado por la mayor parte de la comunidad científica".
"En China son partidarios del multirregionalismo e, incluso, sostienen que el Homo sapiens pudo surgir en Asia, no en África", explica la paleoantropóloga María Martinón-Torres. Esta científica, del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana, en Burgos, va a colaborar este año con Wu Liu y tuvo en la mano la mandíbula de Zhiren durante una visita al Instituto de Paleoantropología de Pekín el año pasado.
"Tenemos que estar preparados para que todo cambie con las excavaciones en Asia", advierte. Los yacimientos en Europa y África "están muy trillados", según Martinón-Torres, pero nadie sabe qué se esconde en Asia.
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