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2010/10/27

"El principal motor de la ecología es el negocio"

Afinales del siglo XIX, Perú exportaba enormes cantidades de guano como fertilizante a partir de excrementos de pájaro. Casi de repente, esos pájaros desaparecieron. Se descubrió entonces que su base alimenticia, las anchoas, también se había esfumado. Los pescadores lo consideraron un castigo divino: en Navidad, cuando celebraban el nacimiento de Jesucristo, una extraña corriente se llevó las anchoas. El arqueólogo británico Brian Fagan, profesor emérito de antropología en la Universidad de California, cuenta de carrerilla la historia del fenómeno natural que trata en su libro La corriente de El Niño y el destino de las civilizaciones. Inundaciones, hambrunas y emperadores (Editorial Gedisa).
¿Desde cuándo se conoce El Niño?
En 1963, los expertos se dieron cuenta de que no era un fenómeno local de la costa pacífica suramericana, sino global. En Perú está registrado desde hace al menos 5.000 años, pero estoy seguro de que nos podemos remontar hasta la glaciación.
¿Qué herramientas nos faltan para predecirlo?
Tenemos elementos para alertar ya desde junio de que El Niño aparecerá hacia Navidad. Eso ya es algo. Pero mientras no comprendamos la interacción entre atmósfera y océanos no va a ser posible predecirlo. Quizás nunca seamos capaces de hacerlo.
¿Es cierto que cada 500 años hay un mega-Niño muy violento?
Ha habido Niños muy fuertes, pero su periodicidad no es predecible. Uno de los más grandes se dio en 1998, pero estoy convencido de que en el pasado los ha habido mucho más violentos.
¿La civilización maya desapareció por El Niño?
Según las excavaciones, coincidieron sequías muy severas, quizás a causa de un Niño, con un problema ecológico por el crecimiento de la población y la limitación de las extensiones de cultivo.
¿Un fenómeno climático puede acabar con una civilización?
En el pasado, seguro. Ahora, de ninguna manera. El mayor problema es el agua. En 50 años, un tercio de la población va a tener serios problemas de agua, especialmente en lugares áridos o semiáridos como España.
¿Podremos controlar el clima con la tecnología?
Nunca. Por eso lo importante es prepararse y adelantarse a lo que va a suceder. A eso, más que los políticos, ayudará la empresa privada convirtiendo la ecología en un negocio. El negocio siempre acaba siendo el principal motor en estos casos.

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