Libertad Digital
Cuando hace un par de años nos enteramos que el nuevo Castlevania se haría en MercurySteam y encima supervisado por el mismísimo Hideo Kojima, estaba claro que Konami apostaba fuerte por el estudio de San Sebastían de los Reyes.
Por fin tenemos en nuestras manos el resultado, y está claro que la compañía japonesa no se equivocó, ya que nos encontramos ante uno de los títulos más potentes del año. Una de las claves ha sido intentar mantener la esencia de la saga clásica pero adaptando la mecánica jugable a los tiempos modernos, con un hack'n slash del más alto nivel, al mismo tiempo que no deja de lado la aventura, equilibrándolo todo a la perfección.
En el título encarnaremos a Gabriel, un enigmático personaje con una cruz al que poco a poco iremos conociendo. No desvelaremos ningún detalle más de la historia, la cual no se aleja demasiado de los cánones y apenas tiene sorpresas, pero es entretenida y está narrada de forma notable, con unas cinemáticas a la altura.
El desarrollo es partido. Es decir, se divide en capítulos y a su vez en niveles, que luego podemos rejugar de forma individual una y otra vez para conseguir mayor porcentaje de finalización, recogiendo todos los objetos y cumpliendo con todos los objetivos. En total completar el juego nos llevará entre catorce y dieciséis horas, según el nivel de dificultad y nuestra maña en los combates.
Como hemos comentado antes, nos encontramos ante un hack'n slash, pero que va más allá e intenta ofrecer mayores dosis de aventuras y puzzles de a lo que estamos acostumbrados en otros títulos del género. Los combates en sí son muy sencillos: ataque fuerte, ataque rápido, bloqueo, salto, esquive, etcétera. También contaremos con algunos objetos adicionales como dagas o podremos hacer uso de la magia, algo que el juego nos irá desvelando poco a poco, en pequeñas dosis, para que así vaya evolucionando también a nivel jugable y nunca perdamos el interés por seguir avanzando. De esta forma, nunca resulta repetitivo, algo que se le echaba en cara a otros títulos como God of War 3 o Bayonetta.
Los jefes finales merecen mención a parte, ya que son gigantescos y muy retantes para el jugador. Normalmente, tendremos que buscar su punto débil para conseguir derrotarles, pero aún así nos costará lo suyo. Este es uno de los elementos importados de la saga tradicional, un ejemplo de por qué la esencia sigue intacta.
Como podéis ver en el vídeo que acompaña este texto, técnicamente hablando nos encontramos ante un título espectacular, las imágenes hablan por si solas. No cabe duda, tanto en PlayStation 3 como en Xbox 360 nos encontramos ante uno de los títulos punteros del año, no sólo por el apartado técnico, sino también por el notable trabajo artístico que otorga esa fantástica sensación de sumergirnos en el mundo mágico de Castlevania.
En resumen, nos encontramos ante un título variado, que combina a la perfección varios géneros y que nos ofrece una aventura larga y muy intensa, gracias al constante goteo de novedades y a la excelente narrativa.
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