El Pais
A diferencia de lo que sucede con los ordenadores, donde instalar un antivirus es la norma, los teléfonos móviles eran un lugar feliz, libre de programas maliciosos. Android acaba de hacer saltar las alarmas de seguridad. El sistema operativo diseñado por la empresa Google se ha convertido en la opción preferida para los que adquieren por primera vez un smartphone (teléfono inteligente) en todo el mundo, por encima de su máximo competidor, el iPhone de Apple, un codiciado terminal que aún no ha registrado este tipo de vulnerabilidad.
Pero el virus no se detecta con facilidad. Los efectos se notan en la factura, que no sale precisamente barata. Se trata de un virus troyano, que es como se denomina a los que se introducen en el sistema operativo simulando ser una aplicación. En este caso se instala en el teléfono camuflado de actualización multimedia. El archivo pesa sólo 13 kilobytes. Una vez dentro del dispositivo envía mensajes de texto (SMS) a servicios premium (suscripciones, información meteorológica), cuyo coste puede llegar ser superior a un euro por unidad.
Las primeras quejas han llegado de Rusia, donde los consumidores están recibiendo las facturas con las consecuencias. La compañía Kaspersky Labs, especializada en virus de ordenador, ha sido de las primeras en intentar poner un parche. Se han comprometido a hacerlo (aún no se sabe si gratis para ganar prestigio), pero no estará listo antes de 2011.
Este contratiempo y la lentitud para cerrar el agujero de seguridad podrían frenar el crecimiento de Android.
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