Hay un naranjo en Motril, España, al que se le puede aplicar el botón Me Gusta para que todo el mundo lo vea en Facebook. Sólo hace falta un teléfono móvil con lector de códigos de barras. La integración entre el mundo digital y el real tiene cada día más caras.
Es una idea innovadora y la está desarrollando Macanudos.es  en un intento de llevar la actividad de las redes sociales a la vida  real de los usuarios, a la persona. Mediante un teléfono móvil y un  identificador, en este caso los códigos QR de respuesta rápida, se podrá compartir  a través del perfil de usuario lo que a uno le ha gustado cuando  caminaba por la calle o cuando recibió un servicio comercial. Al  escanear el código, el teléfono se conecta automáticamente a Facebook  para subir al muro del usuario su satisfacción.
La decisión de por qué haber relacionado una red social tradicional como Facebook  con  Internet de los Objetos la ofrece el responsable de la empresa, Gabriel Media.
“Analizando Facebook, uno de los actuales monstruos de  Internet, percibimos que resulta muy dinámico, muy interesante, muy  real, pero en un entorno digital y tras muchas pruebas ideamos la  posibilidad de crear el famoso “ME GUSTA” en objetos físicos para que  cualquier usuario de Facebook que vaya por la calle y vea un “ME GUSTA”  en un objeto pueda compartirlo desde el entorno físico, el de la  realidad, con el digital, el mundo de Internet.”
Hasta donde llegue la idea
Por el momento sólo este árbol situado frente a la  oficina de esta empresa andaluza está conectado a Internet. La idea de  Macanudos.es abre un abanico de posibilidades a explotar desde diversos  ámbitos apoyándose en las características de los teléfonos móviles. El  objetivo es que aparezcan aplicaciones para Android y para iPhone  que permitan generar los códigos QR de forma automática, facilitando la  creación de Internet de los Objetos implicando a todo el mundo.
Sin embargo, las posibilidades van mucho más allá. Esta  invención podría asociarse con otras funciones de los smartphones para  conectar aún más los entornos físico y digital. En un grado de  integración con las redes sociales de geolocalización  ya existentes, podría crearse de forma rápida y plural bases de datos  para calificar y ubicar la atención y la comida de un restaurante.
 Internet de los Objetos está sufriendo un proceso lento y costoso de implantación, especialmente debido a las trabas de IPv4  y a la mala acogida por parte de los usuarios de cierta tecnología  pionera en este campo. Sin embargo este cambio de perspectiva, el hecho de dar a la gente la opción de decidir qué cosa o servicio quiere enviar al mundo virtual en  lugar de limitarse a escoger entre lo ofrecido por las empresas puede  dar un nuevo impulso a esta tecnología. Porque desde diversos campos de  la innovación se espera que estalle de forma definitiva muy pronto.
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