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2009/02/13

El placer de 'matar'

Fuente: El Mundo.

Hay videojuegos que vienen precedidos de un ruido ensordecedor, de campañas de publicidad y rumores que duran meses y meses hasta su desembarco en las tiendas. En muchos casos, quizá la mayoría, tanto alboroto no acaba correspondiéndose con un producto a la altura de lo anunciado. Pero también hay excepciones; la última, 'Killzone 2'.

El planteamiento de la exclusiva de Guerrilla para PlayStation 3 no difiere demasiado de otros 'shooters': al frente de una unidad de élite, nos enfrentamos a una horda de enemigos que dominan cada rincón de un planeta desconocido e intentarán evitar la derrota de su malvado líder.

¿Cómo se justifica entonces esa expectación que rodea 'Killzone 2' desde la feria E3 de 2005? Sin duda, por las sensaciones que produce sólo unos instantes después de introducir el disco. Desde el primer minuto, el jugador se sumerge en la pantalla y sólo piensa en cubrirse, disparar y avanzar. En otras palabras: matar, matar y matar. Porque aniquilar a los Helghast, mirarles a sus desafiantes ojos rojos y reventarlos con una ráfaga de ametralladora es un desahogo comparable a muy pocas cosas en el mundo virtual. Todo un placer.

A ese deleite contribuye el novedoso sistema de movimiento, que permite esconderse detrás de rocas, paredes o armarios para utilizarlos como escudo y atacar desde cualquier ángulo con mayor flexibilidad que en 'Call of Duty', 'Resistance' y otras sagas similares.

La segunda entrega de 'Killzone' destaca también por sus gráficos, tan buenos o mejores que todo lo exhibido hasta la fecha en la consola de Sony. Los miembros del escuadrón Alpha —Sev, Rico, Garza y Natko— y decenas de Helghast se mueven con gran realismo ante nuestros ojos, en una muestra del poderío que la compañía japonesa siempre prometió que ofrecería algún día su máquina de nueva generación.

El juego ofrece tres vías para disfrutarlo: campaña, multijugador 'online —hasta 32 jugadores— y multijugador 'offline' contra robots controlados por la consola. En cambio, carece del modo cooperativo y, por tanto, no permite que dos jugadores recorran juntos el planeta Helghan hasta vencer al emperador Visari.

En la campaña, el sargento Sev y el resto de la unidad de élite deben superar 10 misiones y sus respectivas batallas finales contra los jefes, todo ello en un ambiente de inspiración indisimuladamente nazi. El desarrollo es lineal, aunque no totalmente cerrado; podemos llegar hasta las fuerzas enemigas por diferentes caminos.

Mientras, el modo multijugador se presenta de forma similar a 'Warhawk' y otras joyas bélicas. Se trata de destruir edificios con explosivos —o evitar que los rivales lo hagan—, sumar puntuaciones por equipos, asesinar a un jugador en particular, capturar y mantener zonas durante un tiempo determinado...

¿Conclusión? Resulta casi imposible no engancharse a 'Killzone 2', quizá el mejor juego de la aún breve historia de PS3 y, como mínimo, el más destacado en lo que va de año.

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