«Para Murdoch, internet es un lugar para el porno, el robo y los hackers». Esas palabras las escribió Michael Wolff, el biógrafo de Rupert Murdoch, en 2009. Parece que para el magnate de la comunicación las cosas han cambiado: se ha unido a Twitter y en apenas 48 horas suma más de 40.000 seguidores. Todo indica que lo ha hecho animado por su mujer, Wendi Deng, que no para de hacerle recomendaciones en 140 caracteres.
«Hola a todos. Probando Twitter con Rupert Murdoch, le estoy enseñando que es una gran forma de comunicarse con la gente», escribe Wendi en uno de sus primeros mensajes en la red de «microblogging», a la que también ha llegado con el nuevo año. «Intentando explicar a Rupert Murdoch que Twitter consiste en seguir, no solo en tener seguidores. Compartir, dialogar y tuitear», escribía poco después.
Con esas premisas, Murdoch se estrenó con varios mensajes. En uno de ellos mandaba un mensaje de simpatía al congresista por Texas, Ron Paul, candidato en las primarias republicanas. En otro lo hacía a Rick Santorum: «Qué bien ver a Santorum crecer en Iowa. Independientemente de las políticas, ha demostrado principios, coherencia y humildad como ningún otro en los debates». El propietario de News Corporation aún no ha dado su respaldo a ninguno de los candidatos republicanos, pero sí Wendi... a Murdoch, claro: «¡Mira! ¡Lo ha vuelto a hacer! ¡Buen tuit!».
Y es que no se le escapa un mensaje a la mujer de Murdoch, que saltó a la fama cuando el pasado verano evitó que un hombre agrediera a su marido durante la comparecencia en el Parlamento británico por el escándalo de los pinchazos telefónicos del «News of the World», de su propiedad. «Te quiero. Pero trabajas demasiado duro», le responde en otro tuit. «Vuelta al trabajo mañana. Demasiado descanso», había escrito Murdoch antes.
La experiencia tuitera de Murdoch le ha servido para llevarse una bronca cibernética de Wendi: «¡Rupert! ¡Borra ese tuit!». ¿La razón? «Quizá los británicos tienen demasiadas vacaciones para ser un país roto». Obediente, ese tuit fue eliminado. «Para todos: Rupert Murdoch solo estaba bromeando», aclaraba Wendi.
Una vez que Murdoch sabía tuitear y borrar tuits, quedaba poner quitar el huevo como foto de perfil: «Rupert Murdoch dice que no está seguro de qué foto poner en lugar del huevo. ¿A alguien le gustaría diseñarle una imagen?». Puesta la foto, el último capítulo del curso de iniciación a Twitter consistía en hacer un retuit: «Esa era yo enseñándole a Rupert Murdoch cómo hacer un retuit».
De defensora este verano de su marido, Wendi es ahora su profesora tecnológica. Aunque no olvida al agresor de Murdoch. «Gracias por los mensajes avisándome de que el hombre que atacó a Rupert Murdoch con el pastel está en Twitter, pero no quiero saber más». Una mujer de armas tomar. También en 140 caracteres.
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