La empresa que lleva la publicidad del navegador Chrome, Unruly Media, ha metido en un lío a Google. Lo descubrió seobook que empezó a ver en el buscador de la compañía blogs que llevaban el aviso de que su comentario era un post patrocinado. Los comentarios contenían un enlace a la página de descarga de Chrome. Y, sin embargo, eran visibles perfectamente en el buscador que tiene una rígida política de penalización de los enlaces patrocinados que no se etiquetan para evitar su detección por el buscador. En sus condiciones de uso, advierte que este tipo de enlaces deben ir etiquetados con un "nofollow" para impedir su rastreo por las arañas del buscador. Esta política quiere impedir que enlaces pagados sitúen las páginas de los clientes en lugares de preferencia en las búsquedas. Google avisa de que penalizará el incumplimiento de esta condición.
Pues bien, estos enlaces pagados a la página de Chrome no estaban etiquetados como exige el propio buscador. La compañía ha declarado que se trata de un error de la empresa publicitaria y que exigirá explicaciones sobre el mismo. Google insiste que su política publicitaria siempre se ha basado en anuncios reconocibles como tales y no en el pago a terceros para que hablen positivamente de sus productos.
La empresa publicitaria ha aceptado el error pero lo circunscribe a algunos casos en los que el bloguero olvidó etiquetar el mensaje con el mencionado "nofollow". Asegura que no pidió que se incluyera el enlace.
En febrero del año pasado, Google anunció un endurecimiento de su política contra las granjas de contenidos, que utilizan diversas astucias para mejorar el posicionamiento de determinados sitios. Una granja de contenidos es un sitio que ofrece una enorme cantidad de artículos sobre temas particularmente buscados por los internautas y susceptibles de generar mucho tráfico. Artículos nada elaborados, cuya única finalidad es conseguir posicionar al sitio en los primeros lugares del buscador. Algunos de estas páginas dedicadas a la chatarra informativa pagan 400 dólares (290 euros) por 200 artículos. Jason Calacanis, fundador de Weblogs, afirmó ya en 2007 que los practicantes de estos trucos debían mirarse al espejo y preguntarse si es eso lo que deseaban ofrecer a sus clientes. Este tipo de sitios crean, aseguró, una verdadera polución en Internet.
Las astucias empleadas por estos sitios son de muy distinto tipo, desde el enmascaramiento de enlaces, saturación de palabras clave, textos ocultos para el visitante que, sin embargo, detectan los buscadores, aprovechamiento de errores ortográficos (por ejemplo, gogle.com)...
Google ha insistido siempre en que uno de sus objetivos es conseguir un ecosistema web sano, sin engaños. ¿Se aplicará su propia medicina?.
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