"La decisión de solicitar una extensión de este tipo no debe tomarse a la ligera. Usted será responsable de una pieza fundamental y altamente visible de la infraestructura de internet", explican en la ICANN. El organismo no cree que este tipo de cambios altere la forma en la que funciona internet, pero sí reconoce que "posiblemente afectará a la forma en que las personas buscan información en internet y cómo las empresas planifican y estructuran su presencia en ella".
El proceso de inscripción de estos llamados "puntos de marca" permanecerá abierto hasta el próximo 12 de abril, y el de evaluación tendrá una duración estimada de 9 a 20 meses, según la ICANN. Para solicitar la nueva extensión es necesario acreditar cierto dere-cho a la utilización del nombre, teniendo en cuenta que, ante solicitudes enfrentadas, la ICANN ha establecido ciertas prioridades y que, en caso de conflicto ante dos solicitudes legítimas, la ICANN puede optar por subastar la extensión.
Polémica por los cambios
La solicitud ronda los 145.000 euros y el mantenimiento de la extensión tendrá un coste anual de casi 20.000 euros. Además, los solicitantes tendrán que demostrar "una solidez financiera suficiente para mantener el registro en pleno funcionamiento durante al menos tres años, incluso si el plan de negocio no logra sus objetivos", ha detallado la ICANN.La organización insiste en grandes beneficios potenciales como "oportunidades para modelos de negocio innovadores", pero también reconoce riesgos como la inversión necesaria y la posible competencia por registros similares. En ese sentido, empresas como Coca-Cola y Johnson & Johnson, y organismos como la Organización de Naciones Unidas o el Fondo Monetario Internacional ya han mostrado su desacuerdo con la posibilidad de que personas ajenas a estas entidades puedan solicitar (y que les sea concedida) una extensión similar a su nomenclatura.
Estas empresas y organismos quieren evitar que entidades ajenas a su marca soli-citen variaciones de la misma (lo que se conoce como ocupación de dominios) y que después tengan que adquirírselas al ciberocupa al precio que solicite.
El presidente de ICANN, Rod Beckstrom, detalló durante el anuncio de las nuevas extensiones que si alguien pide un dominio de nivel superior usando una marca que sea propiedad de otro, el propietario podrá presentar una queja ante un comité. Será este el que decidirá quién tiene derecho a explotar esa denominación (aunque eso no le evitará al propietario tener que abonar el coste correspondiente del mismo). Pese a estas garantías, que siempre han estado presentes, las empresas consideran que la aparición de estas extensiones les van a obligar a realizar nuevos registros preventivos que protejan a sus usuarios ante posibles errores ortográficos o estafas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario