Los grandes de la tecnología de la información tampoco renuncian a una parte del pastel del ocio doméstico. Todas las grandes quieren ofrecer servicios de televisión a la carta. Apple, Google y Amazon, entre otros, afinan sus proyectos, en algunos casos ya lanzados. El objetivo es obtener una buena posición de salida en este año que comienza.
El 2012 debería ser, según todos los indicios, el año en que Apple presentará la solución que Steve Jobs confesó que había encontrado para el mercado televisivo antes de morir. La compañía de la manzana ya tiene en el mercado el Apple TV una diminuta caja que, conectada al televisor, permite el alquiler de películas en streaming, junto con otros servicios, como el acceso al álbum de fotos o la música de iCloud, visionado de podcasts, YouTube, o la reproducción de contenidos y juegos del iPad y el iPhone en el televisor. Pero Jobs apuntaba aún más lejos.
Todo indica que Apple prepara una televisión con algunas de esas funciones y, posiblemente, con nuevas forma de interactuar con ella. El asistente de reconocimiento de voz natural Siri que equipa el iPhone 4S podría ser una. Poder pedirle a la televisión lo que queremos ver sin necesidad de búsquedas a través de un menú lleno de botones en el mando a distancia estaría en la línea. Jobs dijo a su biógrafo Walter Isaacson: "Me gustaría crear un aparato de televisión integrado que sea extremadamente fácil de utilizar. Estaría sincronizado de forma integral con todos tus dispositivos y con iCloud". Según esa conversación, el líder de Apple estaba convencido de haber dado con la clave. "Tendrá la interfaz de usuario más sencilla que te puedas imaginar. Por fin he encontrado la forma de conseguirlo", añadió Jobs. Todo está en manos de sus sucesores.
Fuertes competidores de Apple en otros campos, como Google, también preparan proyectos. Google TV, al que se accede a través de televisores y reproductores Sony con acceso a internet (también con un dispositivo Logitech, aunque esta firma ha renunciado a seguir), incorpora servicios de suscripción como Netflix, HBO Go o Amazon Instant Video. Además, el usuario puede acceder a los servicios de YouTube, Vimeo, aplicaciones Android o la radio on line Pandora.
Desde mayo pasado, YouTube, propiedad de Google, ofrece también un catálogo de películas de alquiler. La gran plataforma donde se ven millones de vídeos gratuitos también ha diversificado su oferta y se transforma así en un proveedor de contenidos de internet.
Una de las claves de esta eclosión de películas y series disponibles en tantas plataformas es que las grandes productoras han accedido a poner sus catálogos en manos de terceros para que se distribuyan on line después de ver durante años cómo, sin esa distribución, han sido los usuarios los que han puesto las películas en la red sin contar con ellos y de forma irregular. Quizá haya que dejar un margen: los internautas llevan mucho tiempo acostumbrados a que el cine no cueste nada.
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