¿Qué medicina nos espera?
Una medicina predictiva, personalizada, preventiva y participativa. La farmacogenómica hace fármacos a medida de la estructura genómica de cada persona. Junto con la integración de la biología y la tecnología, revolucionará la medicina. Estamos tomando el control de nuestro proceso evolutivo. La gente que mueve automáticamente sus prótesis artificiales es un ejemplo de la integración de la biología humana con la tecnología.
¿Cómo incidirán estos cambios en los pacientes?
Por un lado, la información específica será demasiado complicada para el paciente. Pero por otro, el enfermo captará a la perfección las opciones que tiene, sus posibilidades, sus límites, los efectos secundarios de algunos medicamentos, si debe cambiar de dieta, hacer ejercicio, dejar de fumar Los profesionales interactuarán con él a través de un ordenador. Y en el otro sentido, el paciente aportará información al profesional, porque sabe más que el médico; este, de hecho, no sufre la enfermedad.
Pero la medicina siempre ha sido personalizada, en la medida de lo posible.
Ahora mucho más. La tecnología permite probar en cada persona si una medicina o una dosis funcionan o no. La medicina personalizada consiste en entender las diferencias entre los medicamentos, los diferentes niveles de dosis Además, el acceso cada vez más intenso a las redes sociales creará foros en los que compartir problemáticas e inquietudes con otros pacientes.
¿La prevención debe ser una de las grandes apuestas?
Por supuesto. Tendremos un análisis genómico y nos centraremos en las cien transformaciones más importantes de los genomas para la detección temprana de enfermedades como el cáncer.
¿Hasta qué punto controlaremos el envejecimiento?
De momento, vivimos el doble que los mamíferos más parecidos a nosotros. La primera persona que vivirá 150 años seguramente ya está viva. No tendrá mi edad, pero podría tener la de mi hija.
¿Está preparada la sociedad para soportar el cambio que esto supondría?
La sociedad nunca está preparada para ningún cambio. Si hay alguna posibilidad de alargar nuestra vida, lo haremos. Es algo natural. En los países desarrollados el problema es que decae la natalidad. Estas cosas no se reflexionaron cuando se superaron enfermedades que provocaban grandes mortandades.
¿Se nos pueden escapar de las manos los avances tecnológicos?
Ocurren accidentes, estamos expuestos a ellos, pero es la forma de aprender, de adquirir una sabiduría y de avanzar. Las cosas no serán siempre buenas. Y algunos de los problemas que vendrán ni nos los imaginamos. Cosas que ahora nos parecen peligrosas no lo serán. Por ejemplo, internet presentaba muchos posibles problemas, pero que aparecería el spam nadie lo sabía. También dijeron que la gente dejaría de hablar cara a cara porque sólo lo haría por móvil. Los jóvenes, como en cada generación, dirán que sus padres son unos carcas por los instrumentos que utilizaban. Nada más. El móvil no presenta problemas para ellos porque han nacido con él.
La OMS acaba de anunciar que el móvil puede estar relacionado con tumores cerebrales.
Si yo calculara las actividades peligrosas para la salud, hablar por teléfono no estaría en la lista. En todo caso, podría atropellarme un coche por caminar distraído hablando por teléfono por la calle.
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