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2011/04/04

Caballos de carrera sacrificados por la crisis

 El entrenador de caballos de carreras Tom Hogan mira con atención a sus animales mientras estos practican para competir.
Hogan mueve la cabeza con aprobación mientras los caballos pasan velozmente frente a él con sus lomos brillantes, reflejando el sol de la mañana.

Sin embargo, detrás de la pista, la historia es diferente: hay hileras e hileras de establos vacíos.
En pocos años, este entrenador ha pasado de tener 80 equinos en entrenamiento a tiempo completo a tan sólo 25.
Y, al igual que muchos entrenadores, Hogan ha tenido que soportar el peso de un problema que ha afectado a toda la industria de las carreras de caballos en la República de Irlanda.
Un problema derivado a su vez de la crisis económica que afecta a ese país.

El auge del "Tigre Celta"

En el pasado, tener un caballo de carrera estaba sólo al alcance de minoría pudiente. Pero de repente, durante los tiempos de auge económico en Irlanda, esto fue posible para un número mucho mayor de personas.
Para mantenerse al día con esta nueva demanda, el ritmo de cría de caballos pura sangre -una raza utilizada específicamente para este tipo de competición- alcanzó un nivel sin precedentes: entre 2000 y 2007, el número de potros registrados aumentó de 8.793 a 12.633.
Estos caballos son caros. Su mantenimiento cuesta aproximadamente US$15.000 al año.
Así que cuando Irlanda se sumergió en una de las más profundas recesiones en golpear a la eurozona, tener un caballo de carreras se convirtió en un lujo que muy pocos podían permitirse.
"Muchos de esos caballos eran propiedad de diferentes asociaciones- básicamente de carpinteros, electricistas, obreros- personas que participaron en el auge de la construcción y que desaparecieron de la noche a la mañana”, explicó Hogan.

Repentinamente, Hogan se quedó con los caballos pero sin el dinero que le pagaban los propietarios para entrenarlos.
Fue un momento muy difícil, aseguró Hogan.
Algunos de estos caballos fueron exportados, otros reentrenados -y aunque Hogan se quedó con unos pocos- algunos, tuvieron que ser sacrificados.
La pérdida de caballos pura sangre saludables se ha convertido en una dura realidad de esta crisis económica.

Multiplicación de mataderos

Los mataderos, donde los caballos son sacrificados para obtener su carne para consumo humano, han pasado a ser una industria en crecimiento.

En 2008, sólo había un matadero en Irlanda, pero en la actualidad hay cinco.
El año pasado, 9.790 caballos fueron sacrificados. Según información recogida por la BBC, de este total, 4.618 eran pura sangre.
Shane O'Dwyer, de la Asociación de Criadores de Pura Sangre de Irlanda (ITBA, por sus siglas en inglés), reconoció que se criaron demasiados de estos animales durante el boom del "Tigre Celta", el apodo que se le dio a Irlanda debido su rápido crecimiento económico.
Sin embargo, cree que para muchos propietarios, sacrificar a los caballos, era la opción responsable.
"Nosotros decimos que cuando los caballos llegan al final de su tiempo o cuando no hay uso para ellos, se debe optar por la eutanasia, la eutanasia voluntaria, en lugar de dejar al caballo en el campo, para que después requiera asistencia".

El bienestar de los equinos

Pero los caballos de carrera son sólo la parte subyacente de un problema mucho más profundo, vinculado al bienestar de los equinos en Irlanda.
En un centro de rescate de animales ubicado en County Longford, en el este de Irlanda, el personal hace frente al elevado número de caballos que ha tenido que albergar.

"En lo que va del año nuestros inspectores han recibido casi el mismo número de equinos que recibieron en todo el año 2010", señaló a la BBC Conor Dowling, jefe de inspectores del centro de animales.
Según Dowling, todos los sectores de la comunidad equina actuaron de forma irresponsable.
"Tenemos un grave problema y hay que encontrar una solución. Todos entendemos que el dinero es escaso en todas las áreas del país, pero esta situación involucra a seres vivos y no podemos permitir que esto continúe", añadió.

No hay solución fácil

La Sociedad Protectora de Animales de Irlanda (ISPCA, por sus siglas en inglés) sugirió que podría ser necesario un sacrificio masivo para reducir el número de caballos a una cifra manejable.
También se han hecho llamados para una mejor regulación en toda la industria.
Pero Brian Kavanagh, director ejecutivo de Horse Racing Ireland, el ente regulador de las carreras de caballo en ese país, aseguró que la regulación en la cría de los pura sangre no es la repuesta.
"Si alguien quiere criar un caballo, es muy difícil detenerlo. Todo el mundo ha contemplado la idea de la regulación y la realidad es que el mercado lo está regulando actualmente, pero de una manera muy severa y dura".
Muchos, como Tom Hogan, creen que se necesita inyectar mucho más dinero a la industria del hipismo, a través de un impuesto a las apuestas.
Por ahora, sin embargo, parece que la economía seguirá dictando el destino de los caballos de carreras de Irlanda.
La pregunta es si se pondrá en marcha algún tipo de mecanismo, para evitar que en el futuro se críen nuevamente demasiados pura sangre en Irlanda.

BBC Mundo


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