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2011/04/27

Hip Hop: la cultura de hacerse rico

"Ser rico o morir en el intento" fue un mantra acuñado por el rapero estadounidense 50 Cent, quien se hizo rico, rico de verdad, y por poco pierde la vida tratando de lograrlo.
Con los fluctuantes precios de las acciones y de las propiedades, es imposible determinar con exactitud la fortuna de cualquier artista en un momento determinado.

Pero aunque la fortuna estimada de 50 Cent no supere a la del ex Beatle Paul McCartney, él puede codearse con la elite de los mega-ricos de la música, como Elton John, Mick Jagger y Madonna.
Mientras tanto, Sean "Diddy" Combs, conocido anteriormente como Puff Daddy, cantaba su canción "All About the Benjamins" ("Todo sobre los Benjamines"), en la que hace referencia al retrato de Benjamin Franklin en los billetes de US$100.
El hip hop no será todo sobre los Benjamines, pero ha generado una enorme cantidad de ellos.
El hecho de que el hip hop fuera, en gran medida, creado por los afroestadounidenses y sea propiedad de éstos, ha dado lugar a algunas afirmaciones extraordinarias sobre cómo este género particular de la música ha transformado a la sociedad de EE.UU.
Algunos incluso plantean que la presidencia de Barack Obama no habría sido posible sin el hip hop.

Cultura suburbana

El hip hop comenzó a finales de 1970 como una subcultura urbana, inicialmente limitada a dos de los guetos más conocidos de Estados Unidos: Harlem y Bronx del Sur, en Nueva York.
Desde entonces, se ha convertido en un negocio multimillonario que abarca música, cine, televisión, libros, moda y deportes.
Muchas estrellas del hip hop –por ejemplo, Sean "Diddy" Combs y Shawn "Jay-Z" Carter- se han convertido también en magnates de la música, en dueños y ejecutivos de grandes empresas.
"Para que el hip hop pudiera sobrevivir lo suficiente como para entrar en la cultura dominante, tenía que desarrollar un sentido de los negocios", dice Dan Charnas, autor del libro "The Big Payback: The History of the Business of Hip-Hop".
"El hip hop tenía que fomentar el espíritu empresarial, tenía que desarrollar estas instituciones externas muy potentes porque nadie más quería ponerle la mano encima", señala.

Lento inicio

A diferencia de otras formas musicales que fueron adoptadas y defendidas por los grandes sellos discográficos, el hip hop fue virtualmente ignorado hasta 1979, cuando la canción "Rapper's Delight", del trío The Sugarhill Gang, se convirtió en un éxito mundial.

Pero tendrían que pasar cinco años antes de que una multinacional hiciera una gran inversión en este género musical y eso ocurrió cuando Columbia Records, que entonces era una división de CBS, llegó a un acuerdo de distribución con una pequeña disquera con sede en Nueva York.
La disquera fue Def Jam, creada por Rick Rubin y dirigida desde un dormitorio. Hasta entonces, sólo había sacado siete sencillos en vinilo, entre ellos de LL Cool J y Beastie Boys.
Def Jam adquirió rápidamente una enorme fuerza en la industria de la música y se convirtió en la principal marca de hip hop.

Aceptación

Incluso en la década de 1980, después del gran éxito de Michael Jackson con "Thriller" en MTV, no se podía tocar música de artistas negros en las estaciones de pop, a menos que satisficieran ciertos criterios impuestos por los medios de comunicación.

Hubo un breve momento en los años 60 en que algunas estaciones de AM ponían música de James Brown y Aretha Franklin junto a los Beatles y los Beach Boys, pero, después de que las corporaciones comenzaran a tomar control de las estaciones de FM en la década de 1970, hubo una enorme separación y segmentación de las audiencias.
Eso llevó a lo que podría llamarse la respuesta violenta de la música disco a finales de los 70.
"En 1979, sólo había dos artistas negros entre los diez mejores sencillos de la cartelera Billboard de Estados Unidos. En 2002, en una semana similar, los diez principales artistas del pop estadounidense eran negros", dice Dan Charnas.
Fue entonces que se hizo evidente para todos que el hip hop había impulsado un enorme cambio social y cultural en Estados Unidos.

Construcción de imperios

Ese cambio también creó a algunas de las personas negras más ricas de Estados Unidos, algunas de las cuales se convirtieron en grandes magnates de la escena hip hop.

"Lo que Shawn 'Jay-Z' Carter, Sean 'Diddy' Combs y Curtis '50 Cent' Jackson, dijeron fue: Si Time Warner puede ser dueña de la música, ¿por qué yo no?", dice Charnas.
Eso fue algo que los artistas de hip hop aprendieron a hacer, con la misma determinación implacable que les había permitido sobrevivir en las duras condiciones urbanas de su juventud.
Aprendieron a manejar un negocio difícil y el hip hop creó a más empresarios y artistas propietarios de sus obras que cualquier otro género anterior.
Charnas dice que no se puede comparar lo que el R&B y el soul hicieron en los años 60 con lo que los empresarios de hip hop lograron en los 90 y en la primera década del siglo XXI.

Conciencia de marca

El hip hop fue mucho más allá de la música y se expandió a numerosos ámbitos empresariales.

"Los integrantes del grupo Run DMC eran muy conscientes de las marcas. Escribieron una canción sobre Adidas porque les encantaba Adidas. El contrato de patrocinio vino después", dice el autor de "The Big Payback".
Muchos artistas de hip hop pasaron de buscar patrocinio a crear sus propias marcas, por ejemplo Wu-Tang Clan y 50 Cent establecieron las líneas de ropas y calzado Woo Wear y G-Unit, respectivamente.
"Ahora firmas de gran popularidad como Rocawear y Jean Sean casi desplazan a otras como Nautica y Ralph Lauren Polo de los grandes almacenes para hombres y mujeres jóvenes en todo Estados Unidos y, de hecho, en todo el mundo", señala el escritor.

Acuerdos lucrativos

Una de las inversiones más rentables del género se produjo cuando 50 Cent negoció una participación minoritaria en la empresa Vitamin Water a cambio de actuar como su portavoz y de prestar su nombre a la bebida Formula 50.

Cuando Coca Cola le compró Vitamin Water a Glaceau por US$4.100 millones, banqueros bien informados sobre la operación dijeron que las ganancias de 50 Cent fueron de entre US$100 millones y US$150 millones.
Si se combina esa ganancia inesperada con las ventas de discos, conciertos, ropa, mercancías, patrocinios, actuaciones, videojuegos, inversiones en propiedades, suplementos dietéticos, productos hidratantes y hasta su propia marca de preservativos para promover el sexo seguro entre sus fans más jóvenes, es posible suponer que el sueño de 50 Cent de ganar sus próximos US$500 millones no es irrealizable.
Incluso publicó un libro titulado "La ley número 50", en el que explica cómo su filosofía personal y la confianza en sí mismo cambiaron el destino de su origen humilde.
Su compañero productor y rapero Pharrell Williams indudablemente le dio un nombre más apropiado a su línea de ropas: "Billionaire Boys Club" – "El club de los chicos multimillonarios".

BBC Mundo




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