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2010/12/14

Un negocio redondo en eBay

Una de las pocas empresas nativas digitales que pueden presumir de solera en la Red es eBay. Fundada en 1995, cuenta con un popular sitio web en el que particulares y empresas compran, venden e intercambian todo tipo de productos bajo un modelo de subasta online. Han pasado ya quince años desde entonces y son muchas las historias y curiosidades que acompañan a esta compañía californiana.
Todos nos acordamos por ejemplo de Kyle McDonald, el bloguero canadiense que en 2005 se propuso conseguir una casa realizando sucesivos trueques en la plataforma a partir de un simple clip rojo de papel. Por supuesto, cumplió su objetivo porque como reza el famoso eslogan "no hay nada imposible", y podríamos añadir, "y menos en internet".
En aquella ocasión el "vendedor" sorprendió al mundo a través de sus habilidades en eBay. La historia que os traemos hoy relata precisamente el caso opuesto, la de un vendedor de eBay absolutamente sorprendido por "el mundo". El protagonista se llama Bob y hasta la semana pasada era el orgulloso poseedor de un reloj con más de 50 años de vida. En 1958, Bob se encontraba en el atolón Kwajalein (Islas Marshall), donde formaba parte de la marina estadounidense y tenía la suerte de poder disfrutar de una de sus mayores aficiones, el buceo. Es por ello que no tardó en adquirir un reloj sumergible al precio de 70 dólares.
El reloj cumplió perfectamente con su cometido y durante más de 35 años acompañó a nuestro amigo en sus inmersiones por las costas de las islas Marshal y las Bahamas, a donde se traslado en los ochenta. En la última década el relojo ha estado jubilado en un cajón hasta que su propietario decidió venderlo en eBay hace un par de semanas al módico precio de 9,95 dólares.
Codiciado objeto de deseo
Nada más iniciarse la subasta el precio de partida comenzó a incrementarse de forma escandalosa, más allá de los 30.000 dólares, hasta el punto de que Bob se preguntaba si habría algún fallo en el sistema. Pero el verdadero fallo se encontraba en el escaso conocimiento que Bob tenía del valioso tesoro que acaba de poner a la venta, un Rolex Submariner Ref 5510, codiciado objeto de deseo entre coleccionistas por ser uno de los modelos que usó Sean Connery en dos de sus películas.
Después de corroborar en el oráculo Google este pequeño detalle sin importancia, Bob se frotó las manos hasta el final de la subasta que se cerró con un precio de 66.100 dólares, un negocio redondo para el sorprendido vendedor, aunque los expertos opinan más bien lo contrario, ya que hace un par de años ese mismo modelo se había vendido en eBay por casi el doble. Sea como sea, el relato sirve para enseñarnos que nunca debemos menospreciar esa reliquia que tenemos olvidada en algún cajón de nuestra casa.
 

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