Tiene tan solo 10 años, pero a partir de ahora tendrá que afrontar una gran responsabilidad: criar a su hija recién nacida. La noticia de que una niña rumana de 10 años dio a luz hace una semana en el Hospital de Jerez (Cádiz) ha conmocionado a la opinión pública. Su familia, de etnia gitana, se muestra encantada con la noticia y justifica la precoz maternidad porque "a esa edad se casan" en Rumanía, según declaraciones de la abuela del bebé.
Madre e hija se encuentran bien, en casa, y el parto fue natural y transcurrió sin problemas. Sin embargo, los expertos consideran el embarazo precoz un problema de salud grave, tanto para la madre como para el recién nacido, hasta el punto de que peligra la vida de ambos y aumenta el riesgo de que el bebé sufra discapacidades.
El presidente de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), José Manuel Bajo, ha explicado que en este tipo de alumbramientos son frecuentes las cesáreas, al no estar en la adolescente completada la maduración del esqueleto de su pelvis, por lo que la cabeza del feto no es capaz de atravesar el canal óseo que le conducirá desde el útero al exterior.
Los estudios revelan que la mortalidad en los nacimientos entre los hijos de madres menores de 17 años triplica la existente entre las de 20 a 29 años.
Bajo ha explicado, que las consecuencias desde el punto de vista psicológico pueden ser importantes dadas las dificultades a las que se enfrentan las madres adolescentes. El miedo, la ruptura de los estudios y relaciones, el rechazo y el exceso de responsabilidad que deben asumir estas niñas son algunos de esos factores negativos.
A esas edades, según el especialista, es muy limitada la madurez psicológica para aceptar un embarazo, lo que puede llegar a quebrar la biografía de esa persona.
En ocasiones, según los ginecólogos, existen otros factores de riesgo como una nutrición inadecuada en las adolescentes embarazadas. También suele darse una habitual ausencia de cuidados prenatales en las jóvenes madres por la frecuente negación del embarazo por parte de la adolescente.
El caso de Jerez, aunque llamativo, no es ni mucho menos insólito. En España, en 2008, se registraron 177 partos de menores de 15 años, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Además, 539 adolescentes de 15 años dieron a luz. Cada año, aumenta el número de niñas que se convierten en madres. El INE ha calculado que 2010 se cerrará con el nacimiento de 4. 878 niños de madres menores de 18 años, de ellas 829 tendrán menos de 15 años. Si se sigue con esta tendencia, el INE estima que en 2019 nacerán 1.047 bebés de madres menores de 15 años, 218 más que las previstas para este año.
La Junta se mantiene "vigilante"
La directora del Instituto Andaluz de la Mujer (IAM), Soledad Pérez, ha afirmado este miércoles que la Junta de Andalucía ofrecerá su apoyo a "toda la familia" de la niña, porque ahora es el momento de proteger a los tres menores: padre, madre y bebé. Pérez ha insistido en que desde la Junta de Andalucía estarán "vigilando" cómo se desarrolla los acontecimientos ya que "no es un caso que afecte a los jóvenes padres sino a la familia entera porque la madre tiene 10 años y el padre 13".
La Fiscalía de Sevilla ha abierto un expediente de protección de menores respecto a la niña. El expediente se dirige a averiguar si la niña ha estado escolarizada durante el tiempo que ha vivido en Lebrija y si recibió la asistencia médica correcta en las últimas semanas de su embarazo.
Los posibles responsables de tales omisiones serían los padres de la menor.
Por su parte la Defensora del Pueblo en funciones, María Luisa Cava de Llano, ha asegurado que desde la institución que preside se "sigue" de cerca el caso, que ha calificado de "sobrecogedor".
Asimismo, ha señalado que este caso, como el de cientos de menores de 14 años que dan a luz al año en España, es "un problema de educación preventiva". En este sentido, ha señalado que "es muy bonito ser madre, pero en la edad oportuna y en el momento oportuno, no en una niña de diez años".
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