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Estudiantes de Formación Profesional y de universidades de España, Francia y Portugal que han desarrollado una veintena de prototipos de vehículos propulsados por energías renovables, participan este fin de semana en Cartagena en la primera prueba Solar Race que se realiza en España.
Estas competiciones, tradicionales en Europa, y fundamentalmente en Alemania, donde lleva 25 años realizándose, permiten a los estudiantes, junto a sus profesores, probar los prototipos de vehículos que desarrollan en sus respectivos centros docentes y universitarios a lo largo de uno o varios cursos.
En esta primera prueba nacional, que se desarrolla en el circuito de velocidad de Cartagena, organizada por el Gobierno regional de Murcia, a través de la Agencia Regional de la Energía (ARGEM), han participado 22 vehículos, de los que cuatro van propulsados con energía fotovoltaica, tres por hidrógeno y el resto por combustibles fósiles.
El ambiente de los boxes del circuito se parece a los de una prueba de velocidad, salvo que la edad media de los participantes es inferior a la de las pruebas de Fórmula Uno. Sólo suben algo la media los profesores, pero tampoco pasan de los 40 años.
El desarrollo de uno de estos "coches locos" es una forma de atraer a los estudiantes, que a lo largo del curso van viendo cómo se hacen realidad sus prototipos, que en algunos casos parecen sarcófagos cubiertos con placas solares y otros emulan en pequeño a los coches de carreras.
Sólo uno de los 22 inscritos tiene un diseño de pequeño coche de ciudad (urban en su argot): el presentado por el Instituto de Enseñanza Secundaria Alto Nalón, de Barredos, en Asturias.
Este, uno de los alimentados por hidrógeno, ya tiene práctica, al haberse presentado en la prueba de este año de Alemania, la Ecomaratón Europea, pero no tuvieron éxito, ha explicado a EFEverde uno de los profesores directores del proyecto, Antonio Rubio.
Este instituto de Formación Profesional asturiano ha traído también a la prueba otro ensayo que funciona con biodiésel. El "urban" va a hacer su primera carrera con hidrógeno y todo el equipo, formado por 8 profesores y otros tantos alumnos, está con los nervios a flor de piel en la salida de la primera tanda (cuatro vueltas) dentro del circuito.
Tiene carrocería monocasco hecha de fibra de carbono y panel de nido de abeja (como los de Fórmula Uno), y el objetivo "es correr todas las vueltas , cuatro por cada tanda, e intentar hacer el mayor número posible de kilómetros con el menor gasto de combustible", dice Rubio, porque el ganador será precisamente el que menos consuma.
Estos proyectos educativos sirven para dar un aliciente a los alumnos, de la rama de Automoción en su mayoría, que son todos voluntarios, y fomentar entre ellos el uso de las energías alternativas, explica el profesor, que al final está feliz, porque el prototipo ha finalizado el recorrido.
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