La compañía nombró a Alma Whitten como directora de Privacidad y dijo que capacitará a sus 23.000 empleados en esa materia. También introducirá más revisiones para asegurarse de que sus trabajadores están obedeciendo las reglas.
El endurecimiento de las medidas de privacidad de Google parece una respuesta a recientes filtraciones que han creado dudas sobre las políticas y los controles internos de la compañía.
Google reconoció en mayo que uno de sus ingenieros había creado un programa para recolectar información personal potencialmente delicada de redes inalámbricas poco seguras mientras los vehículos de Google recorrían las calles para tomar fotos dirigidas a su servicio de mapas.
Los vehículos llevaban equipo para ubicar redes Wi-Fi.
El incidente fue causado por "el descuidado error de un ingeniero, así como por la falta de controles para asegurar que se seguían los procedimientos necesarios para garantizar la privacidad", concluyó la comisionada de privacidad de Canadá, Jennifer Stoddart, en un reporte.
Tras confirmar los hallazgos de Canadá, Google dijo que quiere borrar todos los datos recabados por Wi-Fi de sus computadoras tan pronto como sea posible, pero que debe conservar la mayoría de la información mientras las autoridades de cada país conducen sus propias investigaciones.
Hasta el momento, Google ha purgado los datos que obtuvo en Irlanda, Australia, Dinamarca y Hong Kong. La compañía aún tiene datos de otros 20 países, incluido Estados Unidos.
Mantener la confianza del público resulta primordial para Google dado que el éxito de su motor de búsqueda y parte de sus planes de negocios a largo plazo dependen en parte de su capacidad para construir bases de datos sobre las preferencias de sus usuarios.
Entre otras cosas, Google cree que la información le ayuda a proveer mejores resultados de búsqueda que sus competidores y a vender más de los anuncios que generan prácticamente todos los ingresos de la compañía.
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