Libertad Digital
Cada una de las máquinas conectadas a internet necesita un número IP, que es el equivalente al número de teléfono dentro de la red de redes. Pese a que se han empleado varios trucos, como es el uso de un único número IP para varios ordenadores de una casa o una oficina, o la asignación de una IP distinta con cada conexión que hacemos desde casa, ya se están empleando el 94% de los 4.000 millones de direcciones disponibles. Se espera que en 2011 o, como mucho, 2012, se agoten las últimas.
Existe una alternativa para identificar los ordenadores conectados a internet, IPv6, cuya adopción ha sido muy lenta hasta el momento, principalmente por falta de necesidad. El número de direcciones de este protocolo es de aproximadamente 340 sixtillones, o 340.282.366.920.938.463.463.374.607.431.768.211.456, lo cual parece, en principio, suficiente.
Desgraciadamente, aunque ambos sistemas pueden coexistir, es costoso que lo hagan, porque generalmente exigen que los dispositivos conectados y su software soporten al mismo tiempo ambos protocolos. No obstante, compañías como Google y Facebook ya soportan IPv6, y gobiernos como el de la India han obligado a las empresas del país a emplear este protocolo antes de final de 2011.
Pero aunque nos pongamos todos las pilas, seguramente exista un periodo de escasez; el resultado, según el Príncipe de Asturias Vinton Cerf, es que se desarrolle un mercado negro de direcciones y los actores establecidos tengan una gran ventaja sobre quienes quieran entrar, reduciendo la naturaleza descentralizada de internet y aumentando las barreras de entrada al mercado.
No obstante, es probable que finalmente todo quede en una alarma similar a la del año 2000, que provocó que las empresas se pusieran las pilas antes de que sucediera nada.
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