Las recopilaciones de fotos de japoneses durmiendo en los lugares más insospechados, que habitualmente podemos encontrar en el blog de Hector García (más conocido como Kirai), ya se han convertido en todo un clásico de la Red.
Kirai lleva varios años viviendo en Japón y contando sus andanzas en uno de los diarios más populares del mundo hispano. No en vano, en 2008 fue galardonado con un premio Bitacoras.com y su prolífico testimonio digital en el país del sol naciente también ha dado el salto al papel con la publicación de dos libros.
Entre las historias que más llaman la atención de los lectores de su blog, sin duda hay una con nombre propio: «Japoneses durmiendo». No hay más que echar un vistazo a cualquiera de las anotaciones para comprobar que los nipones son expertos en encontrar un huequito para el sueño dentro de su larga e incansable vida laboral. Da igual su talla y condición social. Aprovechan cualquier momento y rincón para echar esa cabezadita tan reconfortante y no es extraño encontrarlos dormitando encima de una motocicleta, sentados en un escalón, sobre la mesa de un restaurante o simplemente sentados o tumbados en mitad de la calle.
Pero la pregunta es ¿por qué? ¿cuál es el origen de esta insólita capacidad? Existen varias razones que podrían explicar este hecho. Por una parte, los japoneses están acostumbrados a dormir sobre superficies duras, como el futón o incluso los famosos tatamis donde también se sientan a la hora de comer. Hay quién también habla del cansancio crónico de una sociedad subordinada al trabajo. En el sentido inverso, también hay opiniones que valoran el alto nivel de desarrollo vigente en la sociedad japonesa, que saca pecho por ser una de las más correctas y civilizadas del mundo, con una tasa de delincuencia mínima, que permite a sus ciudadanos dormir a pierna suelta sin preocupaciones. ¿Y ustedes, qué opinan?
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