Uno de cada cinco estadounidenses confiesa haber orinado alguna vez en una piscina, según reveló en 2009 un estudio del Consejo de la Salud y la Calidad del Agua de EEUU. Aparte de la falta de higiene, este comportamiento puede resultar nocivo para la salud, de acuerdo con un estudio de la Universidad de Illinois (EEUU) publicado en Environmental Science & Technology. El artículo asegura que la reacción entre la materia orgánica y los desinfectantes del agua producen agentes tóxicos que pueden ser dañinos para el ser humano.
El equipo tomó una serie de muestras de piscinas públicas y las sometió a un test de genotoxicidad, un análisis de laboratorio muy utilizado para ensayar la toxicidad de sustancias y que consiste en comprobar si produce daño en el ADN. Todas las muestras sometidas a diferentes desinfectantes causaron mucho más daño en las células que la muestra control de agua del grifo.
Entre las afecciones, el artículo afirma que los compuestos tóxicos pueden causar mutaciones en los genes, problemas respiratorios y envejecimiento celular, entre otros perjuicios. "Todas las fuentes de agua contienen materia orgánica procedente de las hojas secas y los microbios", explica el responsable de la investigación, el genetista Michael Plewa. No obstante, las piscinas además pueden contener sudor, orina, cabellos, células cutáneas y restos de productos cosméticos y cremas solares. Estos factores aumentan el potencial tóxico de sus aguas, que están sometidas a muchos más productos desinfectantes que el agua corriente.
Para reducir los riesgos, Plewa recomienda eliminar los desinfectantes basados en el bromo. También insta a "combinar el cloro con tratamientos de luz ultravioleta", explica el autor del artículo, aunque esta técnica sólo se utiliza de forma habitual en la desinfección de laboratorios e instalaciones especializadas. Asimismo sugiere a los bañistas tomar una ducha antes del baño y, por supuesto, no orinar en el agua.
El equipo tomó una serie de muestras de piscinas públicas y las sometió a un test de genotoxicidad, un análisis de laboratorio muy utilizado para ensayar la toxicidad de sustancias y que consiste en comprobar si produce daño en el ADN. Todas las muestras sometidas a diferentes desinfectantes causaron mucho más daño en las células que la muestra control de agua del grifo.
Entre las afecciones, el artículo afirma que los compuestos tóxicos pueden causar mutaciones en los genes, problemas respiratorios y envejecimiento celular, entre otros perjuicios. "Todas las fuentes de agua contienen materia orgánica procedente de las hojas secas y los microbios", explica el responsable de la investigación, el genetista Michael Plewa. No obstante, las piscinas además pueden contener sudor, orina, cabellos, células cutáneas y restos de productos cosméticos y cremas solares. Estos factores aumentan el potencial tóxico de sus aguas, que están sometidas a muchos más productos desinfectantes que el agua corriente.
Para reducir los riesgos, Plewa recomienda eliminar los desinfectantes basados en el bromo. También insta a "combinar el cloro con tratamientos de luz ultravioleta", explica el autor del artículo, aunque esta técnica sólo se utiliza de forma habitual en la desinfección de laboratorios e instalaciones especializadas. Asimismo sugiere a los bañistas tomar una ducha antes del baño y, por supuesto, no orinar en el agua.
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