Vladislav Horohorin, BadB, llevaba nueve meses operando en Moscú. Desde allí manejaba sus webs, badb.biz y dumps.name, en las que se promovía el robo de datos bancarios y de números de tarjetas de crédito de Estados Unidos para su uso y venta en Europa. A BadB se le acusa de robo de identidad y estafa relacionados con las tarjetas de crédito. Sin embargo, en el transfondo de la intervención está la batalla abierta entre ambos países por la seguridad informática y las intervenciones transnacionales.
Horohorin fue detenido en Niza, Francia, cuando se disponía a embarcar en un avión de vuelta a Rusia. Si un juzgado francés autoriza su extradición a los Estados Unidos podría afrontar penas de hasta 10 años de cárcel y 500.000 dólares de multa si es declarado culpable.
Sin embargo, la delegación de la Interpol en Rusia asegura que no tienen ninguna orden de arresto internacional contra Vladislav Horohorin. No sería la primera vez que las agencias de seguridad estadounidenses prefieren evitar colaborar con Rusia para la detención de 'hackers', como en el caso de Vasily Gorshkov.
Para arrestar a Gorshkov, el FBI le hizo viajar a EEUU con una oferta de trabajo falsa. Además, para obtener pruebas en su contra, prefirió acceder a su ordenador mediante sus propios expertos informáticos en vez de pedir ayuda a la policía rusa.
El New York Times llega a vincular directamente este grado de impunidad a una colaboración con las agencias de seguridad rusas, que se beneficiarían del conocimiento de los grupos de informáticos que proliferan en sus fronteras. Es decir, como todos los servicios de inteligencia de todo el mundo.
BadB y algunos de sus compañeros han crecido durante la desestructuración social y económica soviética de los 90 provocada por los ajustes estructurales pactados entre los gobiernos de la Perestroika, Estados Unidos y el FMI, que dieron lugar a situaciones de pobreza extrema no conocidas allí.
Poner fronteras a la Red es una tarea complicada que requiere un esfuerzo de cooperación policial internacional. La organización, la acumulación de información y la coordinación mediante la Red es cada vez mayor, por lo que los ciberataques son un riesgo creciente para cualquier sociedad avanzada. Por eso es creíble un enfrentamiento abierto entre ambas potencias.
Mientras tanto, son los usuarios quienes actúan como 'daño colateral', al ser víctimas de robos, perdiendo sus datos o incluso al ser víctimas del insufrible 'spam'. La seguridad de la Red sigue sin quedar definida.
Horohorin fue detenido en Niza, Francia, cuando se disponía a embarcar en un avión de vuelta a Rusia. Si un juzgado francés autoriza su extradición a los Estados Unidos podría afrontar penas de hasta 10 años de cárcel y 500.000 dólares de multa si es declarado culpable.
Ciberguerra entre Estados Unidos y Rusia
Según Estados Unidos, Rusia, Ucrania, Estonia y otras repúblicas ex soviéticas hospedan a algunos de los 'hackers' más peligrosos del mundo. Estos 'hackers' se sienten seguros ya que la policía de esos países no muestra preocupación por este tipo de casos, principalmente porque afectan a ciudadanos del extranjero.Sin embargo, la delegación de la Interpol en Rusia asegura que no tienen ninguna orden de arresto internacional contra Vladislav Horohorin. No sería la primera vez que las agencias de seguridad estadounidenses prefieren evitar colaborar con Rusia para la detención de 'hackers', como en el caso de Vasily Gorshkov.
Para arrestar a Gorshkov, el FBI le hizo viajar a EEUU con una oferta de trabajo falsa. Además, para obtener pruebas en su contra, prefirió acceder a su ordenador mediante sus propios expertos informáticos en vez de pedir ayuda a la policía rusa.
El New York Times llega a vincular directamente este grado de impunidad a una colaboración con las agencias de seguridad rusas, que se beneficiarían del conocimiento de los grupos de informáticos que proliferan en sus fronteras. Es decir, como todos los servicios de inteligencia de todo el mundo.
Hackers anti-imperialistas
Que los 'hackers' rusos odian Estados Unidos es una realidad. "Esperamos que tú también luches contra el imperialismo de USA", decía la web de BadB. En este grupo de 'hackers' surgidos en torno a CarderPlanet también rige un sistema de principios, como la diferenciación entre las víctimas de sus robos por nacionalidad y clase social, el respeto al trabajo realizado por los compañeros y el trato correcto en el lenguaje.BadB y algunos de sus compañeros han crecido durante la desestructuración social y económica soviética de los 90 provocada por los ajustes estructurales pactados entre los gobiernos de la Perestroika, Estados Unidos y el FMI, que dieron lugar a situaciones de pobreza extrema no conocidas allí.
Poner fronteras a la Red es una tarea complicada que requiere un esfuerzo de cooperación policial internacional. La organización, la acumulación de información y la coordinación mediante la Red es cada vez mayor, por lo que los ciberataques son un riesgo creciente para cualquier sociedad avanzada. Por eso es creíble un enfrentamiento abierto entre ambas potencias.
Mientras tanto, son los usuarios quienes actúan como 'daño colateral', al ser víctimas de robos, perdiendo sus datos o incluso al ser víctimas del insufrible 'spam'. La seguridad de la Red sigue sin quedar definida.
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