Fuente: Publico.
No aspiran a que sus pequeños robots sirvan de inspiración a los grandes fabricantes de automóviles, pero los conocimientos que aplican a cada uno de ellos constituyen las bases de lo que podría ser la conducción del futuro.
Más de un centenar de estudiantes de la Escuela de Ingenieros Industriales de la Universidad Politécnica de Madrid han competido durante tres días en el concurso Cybertech para demostrar que sus robots, construidos desde cero, son los mejores y más rápidos siguiendo un rastro o escapando de un laberinto. Las máquinas autónomas están equipadas con motores que reaccionan ante lo que captan los sensores, y el software, programado por los estudiantes, les indica cómo hacerlo.
"El robot que hemos construido no tiene utilidad práctica, pero lo que hemos aprendido sí", explica Elisa Hernando, miembro del equipo que resultó ganador ayer en la categoría Laberinto, en la que las máquinas tienen que hallar una salida a contrarreloj. En las pruebas con robots rastreadores, estos siguen una línea en la que deben esquivar los obstáculos y continuar por el camino original.
Miguel López, del equipo ganador en esta categoría, detalla que la aplicación a gran escala de los conocimientos empleados en estas pruebas es la conducción automática. "Lo que los alumnos han creado son robots que toman decisiones en función de lo que detectan, algo que se aplica en multitud de áreas", añade Ramón Galán, catedrático de la Escuela.
El aspecto de las máquinas de los estudiantes, con una inversión que ronda los 100 euros, está muy alejado de los complejos humanoides que pueden verse en ferias japonesas. "En algunas de ellas se utilizan robots comerciales en los que los participantes sólo han tenido que preocuparse por el software. Pero la robótica es mucho más", matiza Galán. "El mérito de los participantes es haber logrado un equilibrio entre áreas como electrónica, física, programación y robótica".
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