Los transportistas en Italia están protestando estos días contra el gobierno por la subida de los impuestos de los combustibles.
La huelga nada tiene que ver con el fabricante automotriz Fiat, aunque la compañía se está viendo afectada por la misma.Fiat está teniendo dificultades para entregar los automóviles a sus clientes y está registrando escasez de piezas en sus fábricas, lo que le está dificultando seguir con la producción.
Es por eso que la automotriz decidió involucrarse en el conflicto.
El gerente de la firma, Sergio Marchionne, y su presidente, John Elkann -miembro de la familia Agnelli que controla el grupo Fiat- se reunieron este viernes con el primer ministro italiano, Mario Monti, para hablar sobre el futuro de la compañía en Italia.
Con toda probabilidad le recordaron al mandatario que la huelga de transportistas está dañando las exportaciones italianas en un momento de crisis económica.
Pero lo más importante es que los responsables de Fiat parecen más dispuestos que nunca a enfrentarse a los sindicatos.
Amenaza
Sergio Marchionne ha repetido a los gremios de trabajadores que Fiat está dispuesta a seguir produciendo vehículos en Italia siempre y cuando sus factorías sean competitivas a nivel global.
Ha urgido a los sindicatos a aceptar horarios de trabajo más flexibles y, a cambio, ha hecho regresar a Italia parte de la producción que se lleva a cabo en Polonia.
Pero Marchionne también ha hablado de la posibilidad de trasladar la producción a Estados Unidos y Canadá, donde Chrysler, el socio de Fiat, tiene bastante capacidad de producción libre en sus fábricas.
Los políticos y los sindicatos han interpretado las palabras de Marchionne como una amenaza y algunos le han acusado de no estar comprometido con el resurgir industrial de Italia, que se considera vital para que la nación europea pueda superar la actual crisis económica.
Pero con la previsión de que las ventas de autos en Europa caigan entre un 5% y un 6% este año, Sergio Marchionne sabe que Fiat se enfrenta a tiempos difíciles.
Así que es poco probable que desista en su estrategia de reducir costos y aumentar la eficiencia en las factorías de Fiat en Italia.
Ha urgido a los sindicatos a aceptar horarios de trabajo más flexibles y, a cambio, ha hecho regresar a Italia parte de la producción que se lleva a cabo en Polonia.
Pero Marchionne también ha hablado de la posibilidad de trasladar la producción a Estados Unidos y Canadá, donde Chrysler, el socio de Fiat, tiene bastante capacidad de producción libre en sus fábricas.
Los políticos y los sindicatos han interpretado las palabras de Marchionne como una amenaza y algunos le han acusado de no estar comprometido con el resurgir industrial de Italia, que se considera vital para que la nación europea pueda superar la actual crisis económica.
Pero con la previsión de que las ventas de autos en Europa caigan entre un 5% y un 6% este año, Sergio Marchionne sabe que Fiat se enfrenta a tiempos difíciles.
Así que es poco probable que desista en su estrategia de reducir costos y aumentar la eficiencia en las factorías de Fiat en Italia.