Fuente: Pueblo en Linea.
Una tecnología desarrollada por investigadores brasileños permite identificar la edad de la firma de un documento y determinar si la misma corresponde a la fecha en que fue suscrita o si es una falsificación.
La tecnología se basa en un análisis químico de la degradación de los metilos presentes en la tinta con que fue realizada la firma, informó el martes en su sitio web la Universidad de Campinas (Unicamp), cuyo Instituto de Química fue el responsable por la innovación.
El análisis químico es realizado con la técnica conocida como "Easy Ambient Sonicspray Ionization Mass Spectometry" o EASI-MS, igualmente desarrollada por los investigadores de esa universidad brasileña.
Los resultados del estudio de la Unicamp fueron destacados en la portada de la última edición de la revista científica internacional Analyst, que es editada por la Royal Society of Chemistry.
Según los investigadores de la Unicamp, las tintas utilizadas por bolígrafos poseen cuatro grupos de metilos, uno de los cuales se pierde cuando la tinta se adhiere al papel, y los otros van desapareciendo gradualmente.
"Si la muestra de una tinta en el papel analizada tiene tres grupos de metiles es porque se trata de un documento más reciente, si tiene dos es un poco más antiguo y si tiene uno es porque ya es muy antiguo", explica Marcos Eberlin, investigador del Instituto de Química y una de las responsables por el proyecto.
Este método ya le permitió al Instituto de Química detectar un fraude en un contrato de trabajo.
"El portador del documento dijo que una de las anotaciones había sido hecha en 1978, pero verificamos que la tinta era muy joven para haber sido utilizada en esa época", afirma Eberlin, quien asegura que la Policía Federal brasileña viene aumentando las solicitudes para el uso de la tecnología en investigaciones sobre falsificaciones.
El método, según la Unicamp, también puede ser usado para detectar billetes falsos de diferentes divisas, rastrear el origen de drogas alucinógenas mediante el análisis de su perfil químico y verificar la autenticidad y calidad de materias primas diversas.
Ello debido a que la tecnología es capaz de analizar cualquier superficie mediante espectrometría de masa y en menos de un minuto.
De la misma forma que la tinta de una firma, un billete verdadero tiene cuatro iones y el análisis químico puede revelar si los cuatro están presentes. La ausencia de al menos uno confirma una falsificación, según los investigadores.
Eberlin reconoció que el método fue desarrollado en colaboración con la Policía Federal, que aprovechó que el Instituto de Química ya colaboraba en una investigación sobre adulteración de leche para pedir ayuda en la identificación de billetes falsos.
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