La tecnología 3-D no es nada nuevo. Hace ya más de un siglo que el hombre se esfuerza en crear sistemas capaces de producir imágenes que, a pesar de mostrarse en soportes planos, puedan percibirse como realidades tridimensionales. La pintura y la fotografía siempre han recurrido a determinadas técnicas para transmitir la sensación de profundidad. Ahora, la evolución tecnológica posibilita la realización de efectos mucho más realistas.
Los orígenes del invento
Uno de los primeros intentos de mostrar imágenes 3-D lo encontramos en los estereogramas, un tipo de ilusión óptica descubierta por Charles Wheatstone en 1838 que muchos asociarán con los famosos libros del Ojo Mágico. Para percibir la figura tridimensional hay que realizar un esfuerzo con los ojos, bien desenfocando la imagen, bien mirando al infinito, bien con otros métodos que no siempre funcionan ya que la percepción de estas imágenes depende de la condición visual de cada individuo.Algo más complejos son los anaglifos, el sistema que precisa de las populares gafas 3D con filtros de dos colores (normalmente rojo y azul) para mostrar imágenes en 3-D. La técnica es antigua, fue descrita por Wilhelm Rollmann en 1853 y años después, en 1891, patentada y llevada a la práctica por Louis Ducos du Hauron. Consiste en la creación de imágenes con dos capas de color superpuestas, una de ellas movida ligeramente respecto a la otra para producir un efecto de profundidad sólo perceptible mediante el uso de las citadas gafas.
En 1922 se estrenan The Power of love y Movies of the future, las dos primeras películas en 3-D de la historia. Después llegaron los cromos e ilustraciones anaglíficas y, en 1955, los anaglifos a color o stereocrom, inventado en España por José Ariznavarreta. En los años 50, se produjeron multitud de películas utilizando estas técnicas. También se ha utilizado mucho en parques de atracciones y otros centros de ocio. Sin embargo, la tecnología que estaba destinada a cosechar más éxito en el cine era la proyección polarizada.
La tecnología 3-D actual
Las gafas anaglíficas han evolucionado junto con la tecnología 3-D, lo que ha dado origen a nuevos tipos de gafas: las Wavelength, las activas y las pasivas o polarizadas (con polarización lineal o circular). Las primeras, más caras y pesadas, incluyen un sensor infrarrojo, cristales LCD y un sistema de circuitos que permiten filtrar las imágenes generadas por el proyector. En cambio, las gafas polarizadas están preparadas para mostrar en 3-D imágenes previamente filtradas por el proyector.Actualmente existen cinco sistemas de tecnología de tres dimensiones:
- RealD 3-D: Este sistema ofrece a cada ojo una imagen ligeramente diferente a la otra y las va intercalando (ojo derecho, ojo izquierdo, ojo derecho y así sucesivamente). Aunque se necesitan gafas polarizadas, tan sólo es necesario un proyector y una pantalla LCD, por lo que para las salas de cine resulta una técnica más o menos económica.
- Dolby 3-D: Al igual que el RealD, se basa en el intercalado de imágenes diferentes para cada ojo, aunque la proyección se realiza en una pantalla común y el efecto 3D se consigue mediante la separación en las diferentes longitudes de onda de color. Esto puede suponer un problema para las personas que padecen algún tipo de daltonismo.
- IMAX 3-D: Su sistema analógico, que utiliza un rollo de película de 65 mm para cada ojo, ha alcanzado una gran popularidad debido a la buena calidad de imagen que ofrece. El sistema de audio y las enorme pantallas que utiliza lo convierten quizás en la técnica más inmersiva. El problema es que, al emplear una polarización lineal, el efecto 3D se pierde con tan sólo girar la cabeza. La versión digital de este sistema no ha conseguido el mismo éxito que se predecesora ya que no se aprecia una mejora significativa en la calidad.
- XpanD 3-D: Más usado en Europa que en el resto del mundo, este sistema se caracteriza por el uso de gafas 3-D activas. Éstas son muy caras y hay que cambiarles las baterías y limpiarlas tras cada proyección para poder reutilizarlas.
- Digital 3-D: Se trata de la tecnología que mayor calidad ofrece actualmente. Se trata de un sistema esteroscópico no anaglífico, por lo que cansa menos la vista y además ofrece una calidad de imagen superior. Muchos expertos aseguran que éste será el sistema que acabe por imponerse.
Avatar, las 3-D y la salvación del cine
La película Avatar, de James Cameron, ha supuesto un punto de inflexión en la evolución de la tecnología 3-D. El largometraje ha pulverizado los récords de Titanic al recaudar más de 2.200 millones de dólares. Este éxito se debe en buena medida al uso de las tres dimensiones, que ha servido tanto de reclamo publicitario como de generador de ingresos extra (las entradas son más caras que las de una película convencional).Los grandes estudios de Hollywood han visto en este triunfo una posible vía de escape a la crisis de la industria cinematográfica. Las 3-D suponen una oportunidad para aumentar los ingresos en taquilla y también un aliciente para que el público se acerque a las salas. Además, el sistema de proyección dificulta la piratería, el mayor quebradero de cabeza de la industria en los últimos años.
Ahora todo el mundo quiere subirse al carro. Cualquier película susceptible de verse en 3D, se proyecta en 3-D. Incluso viejos largometrajes como Titanic, Toy Story, Toy Story 2, La Bella y la Bestia o Pesadilla antes de Navidad han tenido o tendrán un reestreno tridimensional.
La idea no parece mala. De momento la Alicia en el País de las Maravillas de Tim Burton está obteniendo unos resultados excelentes: en su primer fin de semana recaudó más de 210 millones de dólares, superando a Avatar, que consiguió 77 millones de dólares. Y esto sin contar que la cinta aún tenía que estrenarse en el 40% del mercado. El filme también ha supuesto el mejor debut de Burton.
La llegada a los televisores
Tras el gran desembarco de la tecnología 3D en el cine, ahora se prepara la llegada a los televisores. La oferta irá desde televisores completamente equipados para tres dimensiones hasta modelos en 2D preparados para dar el salto al nuevo sistema si el usuario lo decide en el futuro. En cualquier caso serán necesarias gafas polarizadas del estilo de las que se emplean actualmente en los cines para disfrutar de las 3-D en el salón de casa.El sector de la electrónica ha puesto grandes esperanzas en el mercado doméstico de las 3-D, que se espera suponga un revulsivo para las ventas de aparatos destinados al entretenimiento en el hogar, especialmente para los reproductores Blu-ray, que no han cumplido con las expectativas con las que salieron al mercado: terminar con el reinado del DVD.
Samsung y Panasonic ya han puesto a la venta los primeros televisores 3D en Estados Unidos y Sony planea hacerlo en junio. Cuestan en torno a los 3.000 dólares, precisan el uso de gafas especiales y los contenidos en 3-D son aún escasos, pero los analistas auguran un rotundo éxito para esta tecnología. Algunos fabricantes confían en que la mitad de los televisores vendidos dentro de 3 años serán de tres dimensiones.
Como era de esperar, el 3-D no sólo afectará a las películas y programas de televisión sino que también llegará a los videojuegos. El primer título en utilizar este sistema fue Avatar, que vio la luz a finales del año pasado, cuando los monitores y televisores 3-D aún no estaban muy extendidos ni siquiera en EE UU (aún hoy no lo están). Mirando a un futuro cercano, ya se sabe que Sony lanzará en junio una actualización de firmware para PlayStation 3 que posibilitará que muchos de los juegos gocen de efectos tridimensionales. Entre los primeros se encuentran WipEout HD, MotorStorm Pacific Rift, Pain y Super Stardust HD.
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