Fuente: Pueblo en Linea.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, garantizó el día 8 la construcción de la hidroeléctrica de Belo Mont sobre el río Xingu, estado de Pará (norte), a pesar de las críticas lanzadas por grupos opositores al proyecto.
"Vamos a hacer la licitación (programada para el 20 de abril). Esperamos que haya tres, cuatro, cinco o más grupos. Una cosa en que las personas pueden estar seguras, es que vamos a hacer Belo Monte. Eso es importante que quede claro", enfatizó el mandatario.
La fiscalía de Altamira, en Pará, anunció el miércoles que presentará una acción judicial para anular la licitación e impedir la construcción, al alegar que el proyecto no respeta el derecho de comunidades tradicionales que habitan en el lugar y agrede el medio ambiente.
Da Silva dijo a la prensa que quien cree que el gobierno no tiene la fuerza para llevar adelante el proyecto está engañado.
Empresas como Camargo Correa y Odebrecht, líderes en el sector de construcción civil en Brasil, descartaron participar en la licitación, postura que el presidente brasileño atribuyó a una estrategia para imponer el precio de la obra.
De acuerdo con el ministerio de Minas y Energía, la hidroeléctrica de Belo Monte es "considerada por el gobierno una obra prioritaria para garantizar la energía eléctrica necesaria para el crecimiento de Brasil".
Belo Monte, el mayor emprendimiento del Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC), tendrá una potencia instalada de hasta 11.000 megavatios, la segunda mayor del país, sólo atrás de la Hidroeléctrica de Itaipú, sobre el río Paraná, de 14.000 megavatios, que Brasil comparte con Paraguay.
La proyección para el costo total de la obra es de 19.000 millones de reales (10.800 millones de dólares) y su entrada en operación está prevista para 2015.
La construcción de la represa, un proyecta que data desde la década de 1970, es blanco de críticas de comunidades tradicionales, líderes indígenas y organizaciones ambientalistas.
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