El mayor buscador de Internet almacena información de cada usuario - Los perfiles se convierten en anónimos a los 18 meses - La compañía promete buenas prácticas a los reguladores europeos.
Google, el mayor buscador de Internet y una de las compañías que mueve más dinero en el mundo, ha decidido despojarse de ese sambenito que le describe desde hace años como el Gran Hermano del siglo XXI; un ojo que todo lo ve y que almacena aquello que nos define, desde nuestras perversiones más ocultas hasta la búsqueda de tiques para el concierto del próximo fin de semana.
El método que sigue el buscador estadounidense con sede en California para quitarse esa pegajosa etiqueta es enviar de gira a su asesor de política de privacidad de datos, Peter Fleischer. En los últimos meses, Fleischer ha visitado varios países de la Unión Europea y ayer estuvo en España donde se reunió con la Agencia Española de Protección de Datos para explicar que los datos personales que almacena Google sólo se guardan por un período limitado de tiempo que no va más allá de dos años y que nunca podrían ser usados para fines oscuros.
En una entrevista concedida ayer a EL PAÍS, Fleischer, insistió sobre este punto con un palabro si se traduce al castellano: "Lo que hacemos es anonimizar los datos de las búsquedas pasados los 18 meses, de la misma forma que un banco tacha los últimos números de una tarjeta de crédito. Eso permite que las búsquedas no se asocien a un ordenador determinado". El compromiso reciente de Google pasa también por borrar las cookies, archivos de información que se almacenan en su ordenador cada vez que usted visita una página web a petición del servidor y que éste recupera en posteriores visitas. Es decir, una especie de nota que permite al servidor reconocerle y saber si a usted le gustan los Beatles o la pesca submarina. Esas cookies, según Google, se borrarán cada dos años.
Las explicaciones de la compañía no terminan de convencer a muchos. La primera pega es que esas notas de información son renovadas periódicamente sustituyendo a las ya caducadas. Hace tres meses la Unión Europea comunicó a la compañía que esos dos años podrían ser excesivos según la directiva de protección de datos. Otros son más duros. La ONG Privacy Internacional considera que Google es la empresa con peor nota en lo que se refiere a políticas de privacidad de datos. La Asociación de Internautas Españoles no ve con buenos ojos el monopolio en el que el buscador se ha convertido con la compra de otras empresas que ayudan a dibujar con más precisión el perfil de un usuario. Aún más con el anuncio hace unos meses de la creación de i-Google. Este último Google es un poco más listo que el que usa la mayoría. El usuario puede acceder con él a una base de datos aún más personalizada que les permitirá preguntar cosas como "¿qué debería hacer mañana?" o "¿qué trabajo debería elegir?"
"Tienen empresas de todo tipo, de venta de banners [anuncios de Internet] hasta correo electrónico [gmail] pasando por los vídeos que cuelga la gente [Youtube]. Una sola empresa lo tiene todo sobre ti", declara Miguel Pérez. Fleischer se defiende asegurando que son muy pocos los trabajadores de Google que tienen acceso a esas bases de datos. "El riesgo de que se haga un uso indebido de esa información es mínimo. Todo lo que hacen nuestros ingenieros queda grabado", asegura.
Los datos de Google se han convertido además en una estupenda fuente para la investigación y a veces son los gobiernos los que solicitan hacer uso de ella. 'Nuestra respuesta a esas peticiones es: "Depende". Hace dos años las autoridades estadounidenses nos pidieron que revelásemos los datos de ordenadores desde los que se podían haber cometido delitos de pornografía. Nuestra respuesta fue un rotundo no. De hecho, fuimos el único buscador que se resistió a esas peticiones y llevamos el tema a los tribunales. Hemos ganado el caso y ha sentado jurisprudencia. Si alguna vez la petición es válida y legal, en ese caso accedemos', relata el asesor. En cualquier caso, Fleischer señala la complejidad de trazar los límites de algo que está en continua expansión. "Nos parece importante que se hable de estos temas. Son nuevos para mucha gente y queremos contribuir a que se discuta y se entienda que no somos los enemigos".
El debate que plantea el asesor y que se ha encargado de introducir en sus visitas a gobiernos y medios de comunicación europeos es paralelo al que se vive con el terrorismo. "Hay que encontrar un equilibrio entre seguridad y privacidad. Las amenazas en la Red son muchas. Un hacker (pirata informático), deja un rastro de datos de la misma forma que otra persona. Su almacenaje permite a veces evitarlos", asegura.
La abogada y experta en nuevas tecnologías Paloma Llaneza apunta que los obstáculos con los que Google se da de bruces son precisamente los que tienen que ver con la legislación: "Por eso les interesa que se hable de esto. En Estados Unidos las leyes son mucho menos restrictivas que aquí, mientras que en España la privacidad de los datos es un derecho constitucional".
La empresa estadounidense, salida de un cuartucho lleno de aparatos informáticos en el que Larry Page y Sergei Brin cocinaron su idea, es hoy el mayor emporio de la Red. En sus oficinas de Googleplex, en California, jóvenes informáticos imberbes circulan en monopatín de una sala a otra pensando en nuevos algoritmos y soluciones para los nuevos retos de la compañía. Su lema sigue siendo el mismo: Don't be evil (No ser malvado) pero todas las acusaciones sobre la intromisión de Google en los datos de los usuarios y su decisión de permitir la censura en China lo han puesto en entredicho. Por eso Google, la empresa que pretende cambiar el mundo, en palabras de director, Eric Schmidt, necesita explicarse y promover un debate que les permita seguir trabajando.
LAS CIFRAS DE UN GIGANTE
- Google fue fundada en 1998 por dos estudiantes de la Universidad de Stanford, Larry Page y Sergey Brin.- La compañía ofrece acceso a 10.000 millones de páginas web.- El 97% de los internautas españoles usan Google, según la consultora Nielsen Netratings.- Su salida a Bolsa fue la más sonada de esta década. Hoy vale en Bolsa 116.000 millones de euros.
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