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2013/06/15

Tres investigadores de Oxford piden ser congelados al morir para poder resucitar en el futuro

Tres académicos de la Universidad de Oxford (Reino Unido), Anders Sandberg, Stuart Armstrong y Nick Bostrom, pertenecientes al Future of Humanity Institute, ha pedido ser congelados al morir para poder volver a la vida en el futuro. Según ha informado The Sunday Times, los interesados estarían dispuestos a pagar hasta 60.000 euros por pasar por este proceso.

Concretamente, se les inyectaría una combinación de sustancias químicas anticongelantes y se les preservará en nitrógeno líquido a una temperatura de -196 grados centígrados. Tanto Bostrom como Sandberg, han pedido que se les congele la cabeza y ya han firmado con la compañía estadounidense Alcor (fundada en 1972), mientras que Armstrong prefiere congelar todo su cuerpo.

"Mi esperanza es que quizás en 100 o 200 años, la sociedad haya desarrollado las tecnologías para revivirme y curarme de lo que me haya causado la muerte", ha declarado Sandberg al diario británico. Además, asegura que quiere despertarse "en un mundo completamente nuevo", algo que le parece "muy emocionante".

Aunque el mundo de la ciencia se mantiene escéptico ante la posibilidad de que una persona pueda volver a la vida tras ser congelada, Bostrom, especializado en física, neurociencia computacional y lógica matemática, prefiere no descartar opciones. "Si analizamos lo que ha pasado en los últimos 100 años te das cuenta de lo incierto que es el futuro", ha apuntado Bostrom.

El origen de la criónica se remonta a los años sesenta en Estados Unidos. Es una teoría especialmente conocida por el mito de que Walt Disney fue congelado antes de morir de un cáncer en su pulmón izquierdo. El pasado mes de abril, Alcor anunció que ya cuenta con 117 clientes congelados.

El profesor de la Universidad de York, David Pegg, ha explicado a la BBC que "la criónica es una fantasía" y no está basada en evidencia alguna. "El problema de la criónica es que toma a alguien que está muerto y lo congela de una manera que destruye las células del cuerpo". "En el tejido mamífero, el hielo causa un gran daño a las complejas estructuras celulares que forman los órganos internos", así que no solo "se tiene que encontrar la manera de revivirlas, también se tiene que reparar el inmenso daño que la muerte causó o las lesiones generadas antes de producirse la muerte", ha explicado.

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