A pesar de las amplias protestas públicas en los últimos meses, el gigante de las búsquedas de Internet no ha dado marcha atrás y este fin de semana es el último que el servicio de Google Reader estará activo.
Mañana, 1 de julio, el lector de RSS se dará oficialmente de baja, tal y como anunció la compañía en un post publicado el pasado mes de marzo.
“Lanzamos Google Reader en 2005 en un esfuerzo por hacer más fácil a las personas descubrir y seguir sus sitios web favoritos. Aunque el producto tiene un público fiel, su uso ha disminuido con los años y por eso nos planteamos su retirada”, ponía de manifiesto la empresa en este post.
Desde 2011, Google ha cerrado más de 70 herramientas. En la nueva oleada de servicios que ha cesado en lo que va de año, Google Reader es una de las víctimas más sonadas debido a la estrategia de impulso que el gigante quiere dar a Google+, que pretende sustituir o integrar algunos de los servicios.
El cierre inminente de Google Reader ha proyectado una gran sombra. No está claro si otros competidores asumirán su liderazgo, aunque de momento parece que herramientas de RSS como Feedly están tratando de alzarse como la opción dominante, capturando a los refugiados de Reader.
Feedly contaba con alrededor de 4 millones de usuarios cuando Google anunció el fin del lector y hoy ya tiene más de 12 millones.
Google Reader fue notable no solo por sus características, sino por la comunidad activa que consiguió, siendo una herramienta revolucionaria en términos de funcionalidad pero además muy alabada por los usuarios.
El lector de RSS surgió como idea tras la adquisición de Blogger por Google en 2004. Debutó como un producto oficial de Google Labs en 2005 y en 2007 emergió como una solución independiente.
Google Reader dio a los usuarios la capacidad de seguir y compartir historias con los demás. Se convirtió en un espacio no solo para leer las últimas informaciones, sino para transferirlas y debatirlas, y esa ha sido su gran aportación.
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