Quizá el lector haya intentado en alguna ocasión teclear su nombre y apellidos en algún buscador de internet, y probablemente haya encontrado diversos o multitud de resultados donde se le cita. Por ejemplo, su nombre puede aparecer relacionado a una multa de tráfico, al listado de los participantes en una carrera popular, a una oposición a la que se presentó o como miembro de alguna red social. Si esto mismo lo hiciera una persona desconocida, podría fácilmente hacerse una idea bastante aproximada –a no ser que haya sido extremadamente cuidadosa con su intimidad, y aún así- de algunos aspectos de su vida e, incluso, de sus gustos o aficiones.
“No estamos acostumbrados a pensar que la información distribuida por muchos sitios nos puede describir muy bien”, reflexiona el profesor de Filosofía de la Ciencia y la Tecnología de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), David Casacuberta. Por este motivo, hay quien piensa que la privacidad en la era de internet ha muerto: “Posiblemente es verdad, todos los movimientos que hacemos -en la red- quedan registrados en servidores y webs para fines comerciales, para la mejora del servicio que prestan o para luchar contra el terrorismo, como ha ocurrido en Estados Unidos”, añade Josep Cañabate, abogado y auditor certificado de sistemas de información.
No obstante, es posible mantener oculta al mundo nuestra privacidad adoptando medidas de seguridad y algunas precauciones. “Navegar y disfrutar de la red de redes no tiene por qué suponer ningún problema”, comenta Diego Guerrero, especialista en seguridad informática y autor del libro Fraude en la Red y Facebook. Guía Práctica. Después de la consulta hecha a estos tres expertos, a continuación detallamos diez consejos para preservar nuestra intimidad y despistar al ‘Gran Hermano’ de internet:
1. Vigilar la información que volcamos sobre nuestra identidad en internet. Nunca introducir el número de móvil ni el correo electrónico en páginas que nos inspiren poca o ninguna confianza. En este sentido, Josep Cañabate hace especial hincapié en las webs que ofrecen concursos o determinados servicios a cambio de nuestros datos personales, sin saber exactamente qué fin tendrán. “Por un sorteo de un jamón no des tu privacidad”. Y recuerda: “Cuando un servicio es gratis, el producto eres tú”.
2. Los datos financieros deberían transferirse siempre a través de servidores seguros –https- o sitios de confianza, a pesar de que la seguridad total no existe. Por ejemplo, se recomienda hacer uso de servicios como PayPal en vez de pagar directamente con la tarjeta de crédito o débito. Tampoco hay que fiarse de los mensajes que a veces llegan al correo electrónico de emisores que, haciéndose pasar por empresas de confianza, nos piden verificar datos confidenciales. Se trata de un delito de estafa denominado phishing.
3. Los expertos recomiendan utilizar programas criptográficos, como PGP, que permiten cifrar información que queramos mantener en secreto. Josep Cañabate alerta que el correo electrónico “no es seguro” y que tenemos que ser conscientes que la confidencialidad del correo “puede ser puesta en riesgo”. Por este motivo, una solución para mantener intacta nuestra privacidad y nuestros datos financieros es recurrir a programas de encriptación o a la firma electrónica. “El correo electrónico circula por muchas máquinas y es muy fácil que alguien decida poner un sniffer (o analizador de paquetes) para registrar los mensajes”, añade Casacuberta.
4. Cuidado con las cookies (o galletas informáticas), información que los sitios web almacenan en el navegador del usuario, de manera que pueden controlar su actividad. La legislación establece que cuando una plataforma web utiliza cookies tiene que solicitar el consentimiento del usuario, aunque no siempre se cumple. Si acepta, el usuario tiene que ser consciente que su conducta en esas páginas estará monitorizada. La información puede ser utilizada, por ejemplo, para enviar publicidad en función de las webs que visita, sus gustos o aficiones.
5. Tener cuidado con las aplicaciones que funcionan con geolocalización. David Cascuberta recomienda “desactivar” esta opción cuando hacemos fotos, por ejemplo, con un smartphone, en caso de que sea prescindible. Si no, al hacer la instantánea, quedará registrada nuestra localización.
6. Es preciso tener instalado un Sistema Operativo actualizado, también para dispositivos móviles. “Actualmente el sistema operativo de referencia para PC sería Windows 7; Mountain Lion, para Mac y cualquier distribución confiable en Linux como Ubuntu, explica Diego Guerrero. La respuesta es sencilla, los sistemas operativos son programas muy complejos, en los que habitualmente se encuentran pequeños fallos de programación (vulnerabilidades), que son aprovechados por personas malintencionadas en su beneficio, por ejemplo, para "colar" un programa malicioso (troyano) que les permita obtener información o bien hacerse con el control del sistema sin que el usuario lo sepa.
7. Disponer de un antivirus activado y actualizado. “Aunque existen distintas soluciones integrales de pago, podemos encontrar de forma gratuita antivirus que poco o nada tienen que envidiarles, como Avira, AVG o NOD32”, detalla Guerrero. Lo mismo puede aplicarse al programa que utilizamos para navegar por internet, conocido como navegador, sea Internet Explorer, Firefox, Chrome -considerado actualmente como el más seguro- o cualquier otro. Estos programas pueden complementarse, además, con distintos "addons", por ejemplo en el caso de Firefox, el WOT o el NoScript, que permiten comprobar la fiabilidad de una página e impedir la ejecución de código javascript sin conocimiento del usuario respectivamente. También existen versiones similares para todos los navegadores actuales.
8. Instalar un cortafuegos de confianza y actualizado; controlar las conexiones entrantes y salientes de nuestro ordenador, de tal modo que siempre que detecte una conexión dudosa o no autorizada pedirá la autorización del usuario previamente. Según el autor de Fraude en la red, “su utilidad es capital si hemos sido infectados por un troyano, puesto que cuando este intente enviar datos o activarse remotamente, nuestro cortafuegos nos informará de una conexión de datos no autorizada, permitiéndonos eliminarla”.
9. No descuidar nuestra red Wifi. Utilizar como protocolo de seguridad WPA-PSK o WPA2-PSK –también existe WEP, pero no la recomiendan los expertos-. También hay que utilizar una clave de paso alfanumérica compleja. En internet existen listados filtrados de los nombres de red, claves wifi e infinidad de modelos de router, que permiten a cualquier usuario avispado aprovecharse de la situación. Otra medida interesante consistiría en no publicar el nombre de nuestra red (SSID), de tal modo que cuando un tercero dentro de nuestro radio de acción intentara ver qué redes están disponibles, la nuestra no aparecería. Asimismo, se puede utilizar otras técnicas más avanzadas como el filtrado MAC, donde se introduciría la identificación única de nuestro ordenador o dispositivo móvil en el router con la finalidad de que este solo permitiera la conexión desde ese equipo concreto, las posibilidades son muchas y su explicación detallada excedería de la finalidad de este pequeño artículo.
10. Los padres tienen que ser conscientes de todos los riesgos que pueden comportar para los menores el uso de las redes sociales. “Por su naturaleza, los menores son más vulnerables y confiados y, con un espíritu aventurero, entran en contacto con gente”, señala Josep Cañabate, y prosigue: “Solo se puede prevenir informando a los niños que no hablen con desconocidos y de los riesgos que existen”. Además, Diego Guerrero explica que para este propósito resulta de gran utilidad disponer de un software de control parental, que permita proteger y supervisar la actividad de los menores en la red. Windows 7 dispone de un programa de Control Parental integrado bastante eficaz y de sencillo manejo; Windows Live Protección Infantil. Además existen otros programas de control parental igualmente útiles y de libre distribución muy recomendables, como K9 Web Protection, Qustodio o Naomi.
En conclusión, los expertos recomiendan que en internet nunca hagamos o digamos nada que no haríamos en la calle. “En Internet uno tiene que ser responsable de sí mismo, no pueden haber patrullas de policía”, comenta Casacuberta. Por eso hay que adoptar "unas mínimas medidas de seguridad". Y alerta Guerrero: “el propio usuario es su peor enemigo”.
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