Conviene recordar que los beneficios del gigante de los chips sufrieron un importante descenso del 27 por ciento el cuarto trimestre de 2012, y tampoco fueron buenos los resultados de los ingresos, que bajaron un 3% y se situaron en los 13.500 millones de dólares.
Ante ese panorama la empresa ha decidido imponer cambios en su política de recursos humanos. Desde ChannelEye desvelan que en la sede de Intel en el Reino Unido se habla de una congelación salarial y de que no se contratara nuevo personal.
Esa última medida ha hecho que haya puestos que lleven varios meses vacantes, especialmente en los departamentos de ventas y marketing, dos áreas que también se han visto afectadas desde el punto de vista ecónomico, al no recibir el presupuesto que les habían prometido desde las altas esferas de Intel.
Según parece, en Intel han apostado fuerte por la promoción de los Ultrabooks, olvidándose de contratar nuevo personal y descuidando a la sección de ventas.
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