El gigante tecnológico Apple, la segunda empresa con mayores beneficios del mundo, declara pérdidas en España. Lo curioso es que contabiliza números rojos en un año en que batió récords de ventas en el mercado español, tanto a través de su filial comercial de ventas a terceros como con la compañía de tiendas propias. El resultado negativo tiene que ver, sobre todo, con el modo en que el grupo factura sus ventas para evitar pagar apenas impuestos, unas prácticas de ingeniería fiscal que le permiten pagar solo un 1,9% de impuestos por el beneficio que logra fuera de Estados Unidos y que los países desarrollados están intentando combatir. La compañía fundada por Steve Jobs logró que el saldo de sus dos grandes filiales españolas con Hacienda saliese a su favor en su año más brillante de ventas.
Apple no está sola. Google Spain también ha declarado pérdidas en los dos últimos ejercicios pese a los cientos de millones que logra en el mercado español. Las filiales españolas de otros gigantes tecnológicos como Yahoo!, Facebook, Amazon o eBay declaran también beneficios mínimos. El denominador común es que eso les permite no pagar apenas impuestos en España. Hacienda ha creado una oficina para frenar los abusos fiscales de las multinacionales. En el caso de Google, la compañía publicó que la inspección de Hacienda había abierto una investigación. En Apple, la empresa no dice nada al respecto.
El fabricante del iPhone opera a través de dos grandes filiales en España. Por un lado está Apple Marketing Iberia, que actúa como comisionista por los servicios de marketing y el soporte a las ventas de otras empresas de Apple, que facturan principalmente desde Irlanda sus ventas a terceros en el mercado español. La otra filial es Apple Retail Spain, que gestiona la red de tiendas del grupo en España, las Apple Store.
El grueso de ventas de Apple en el mercado español no se produce a través de su propia red de tiendas sino por medio de terceros. Apple Marketing Iberia facturó 20,31 millones en el ejercicio terminado el 30 de septiembre de 2012, según las cuentas recién depositadas en el Registro Mercantil. En realidad, esa es solo una pequeña comisión por sus ventas. En la memoria de las cuentas de 2010, la empresa explicaba que esa comisión era del 1%, una explicación que en las dos últimas memorias ha desaparecido después de que EL PAÍS publicase que Apple factura desde Irlanda el 99% de sus ventas en España.
En 2012, los ingresos de esa filial crecieron un 14%, hasta 20,31 millones. Si la comisión continúa siendo del 1%, eso significa que las ventas de Apple en España con esa filial marcaron un récord de 2.031 millones, pese a frenar su ritmo de crecimiento desde el 27% de 2011 hasta el 14% del pasado año. Pero, pese a esas ventas récord, como la filial solo factura pequeñas comisiones y los gastos de personal crecieron con fuerza, al final el resultado antes de impuestos de Apple Marketing Iberia en el ejercicio 2012 fue de solo 6,5 millones de euros, apenas el 0,3% de la facturación estimada en España. En consecuencia, también los impuestos sobre beneficios a pagar fueron mínimos, de 2,6 millones de euros.
Pero, además, esos beneficios y esos impuestos se ven compensados por las pérdidas y los créditos fiscales logrados a través de la otra filial española, Apple Retail Spain. La suma de las dos sociedades da, por tanto, pérdidas en España de casi 12 millones de euros y el saldo con Hacienda es favorable al gigante tecnológico (vía créditos fiscales) por importe de cuatro millones de euros.
Sin margen para el alquiler y el personal
Apple Retail Spain, la filial de las tiendas, tuvo en realidad un crecimiento espectacular de su facturación el pasado ejercicio. Como sus ventas son minoristas, en este caso la facturación se hace en España, pero el precio al que compra sus productos (sobre todo a dos filiales irlandesas: Apple Sales International y Apple Distribution International) provoca que la filial española esté en pérdidas.
Así, las ventas de las Apple Store españolas crecieron un 86% en el ejercicio 2012, hasta los 142 millones de euros. La sociedad arrancó el ejercicio con tres tiendas y abrió otras seis durante el año, para llegar a septiembre de 2012 con nueve locales. La empresa señala que los costes han crecido más que los ingresos por los costes asociados a la apertura de las seis nuevas tiendas, pero las cuentas muestran que el margen bruto (la diferencia entre el precio al que las tiendas españolas venden sus productos y lo que pagan por ellos a las filiales irlandesas) de los productos que vende la filial española es tan bajo que no le permite siquiera absorber los costes de los alquileres y del personal de sus tiendas.
El resultado de ello es que la Apple Retail Spain tuvo unas pérdidas antes de impuestos de 22 millones de euros el pasado año. Esas pérdidas le permiten no solo no pagar impuestos sino además apuntarse activos fiscales frente a Hacienda (impuestos que se ahorrará en el futuro) por 6,5 millones de euros. Esos activos fiscales superan a los impuestos mínimos pagados por la otra filial.
Aunque Apple Retail Spain y Apple Marketing Iberia no consolidan fiscalmente sus operaciones y cada una liquida los impuestos por su cuenta, la suma de ambas cifras lleva a la conclusión de que en el ejercicio 2012, tras unas ventas récord de sus productos en España, el saldo final es que es Hacienda quien le debe pagar a Apple (mediante reducción de impuestos futuros) y no Apple la que tiene que pagar a Hacienda.
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