Que Marisa Mayer logre frenar la caída de Yahoo está todavía por ver. De lo que ya no hay duda es que Meyer, como jefa de la empresa pionera de internet, está dispuesta a dejar huella.
Cuando la nombraron, con 37 años y embarazada, hubo voces que pensaron que esta mujer haría del mundo de los negocios algo más acogedor. Pero Mayer se convirtió en noticia al reincorporarse al trabajo lo antes que pudo después del parto.
Ahora ha vuelto a la carga. Su empresa ha dado una orden que parece de la era pretecnológica, más propia del siglo pasado que del XXI. Los empleados que trabajan desde sus casas han de volver a la oficina.
Un informe interno, asumidos plenamente por Meyer y firmado por Jackie Reses, directora del departamento de recursos humanos de Yahoo, ha abierto las caja de los truenos en este sector en Estados Unidos. "Algunas de las mejores decisiones e ideas surgen de las conversaciones de pasillo o de las discusiones de la cafetería, donde se conoce a gente y se improvisan reuniones. La rapidez y la calidad a menudo se sacrifican cuando se trabaja desde casa", indica el documento.
Algunos expertos encuentran la inspiración de este plan en el modelo organizativo del hoy referente: Google. Marisa Meyer, que tomó las riendas de un Yahoo en el lecho de muerte, quiere aplicar las lecciones de Google, donde ella ejerció. Su objetivo es incrementar la energía, así como cambiar la cultura del compañerismo.
Su iniciativa ha topado con una fuerte respuesta de los defensores de la flexibilidad laboral, que consideran que esta iniciativa es una vuelta al pasado, en particular para los que están al cuidado de niños pequeños. En este caso, sin embargo, no se hace referencia sólo a mujeres. Según datos del Departamento de Estadísticas de Estados Unidos, son muchos los hombres que ejercen desde el hogar.
Al menos un 24% de los empleados estadounidenses reconoce que cada semana trabaja unas cuantas horas desde su domicilio. En el 2012, el 63% de los empresarios permitieron el trabajo desde casa, cuando sólo era un 34% en el 2005. Hay estudios en los que se indica que la gente que trabaja en casa es más productiva aunque menos innovadora. "Si quieres innovación necesitas interacción, si buscas productividad, entonces se ha de trabajar en casa", explica al The New York Times el profesor John Sullivan.
Mayer no está sola. Bank of America, que lanzó un programa de trabajo remoto, el año pasado requirió que los empleados en determinadas secciones debían regresar al despacho.
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