Dice
el refranero que si errar es de humanos, rectificar es de sabios. Algo
de esto debieron pensar los responsables de el diario «The New York
Times» en julio de 1969, cuando decidieron disculparse con el científico
Robert Goddard por un artículo que habían publicado casi 50 años atrás.
Esta curiosa historia, que hemos conocido gracias al blog «Cultura escéptica», arranca el 13 de enero de 1920, fecha en la que el conocido diario neoyorquino publicó un editorial en el que se burlaba del Robert Goddard, padre de la tecnología empleada por los cohetes usados para viajar al espacio.
Unos
meses antes, Goddard había afirmado que en el futuro los cohetes no
solo servirían para transportar equipos de medición meteorológica más
allá de la atmósfera terrestre, sino que además servirían para llegar
hasta la Luna. En esa época, en cambio, se pensaba que únicamente
servirían para transportar misiles.
Por
eso, en la columna, publicada en la sección «Topics of the Times», el
diario dudaba de los conocimientos científicos de Goddard, ya que era
imposible que un cohete funcionara en el vacío, además de compararlo con
Julio Verne y los errores que el escritor había cometido en la novela
«De la Tierra a la Luna».
Para
el «New York Times», la idea de llegar a la Luna gracias a un cohete
era una idea «absurda», ya que desafiaba la ley de acción y reacción
enunciada por Newton. Sin embargo, Goddard tenía razón y el 16 de julio
de 1969 el Apolo 11 despegaba rumbo a la Luna.
Al día siguiente, el rotativo publicaba una discreta disculpa,
en la que reconocía que, como consecuencia de la investigación y
experimentación, “ahora se establece definitivamente que un cohete puede
funcionar en el vacío tan bien como en una atmósfera”.
Por
ello, el diario finalizaba la nota asegurando que el “Times lamentaba
el error“ cometido 49 años atrás. Un gesto nada habitual que honra a
este medio de comunicación. Lástima que Goddard nunca leyera la
rectificación. Había fallecido el 10 de agosto de 1945.
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