Es impactante saber cuánta gente vive con menos de US$1 al día – e informes periódicos de las cifras durante las dos últimas décadas ayudaron a avivar las campañas contra la pobreza. Pero, ¿es posible que esta estadística haya causado más perjuicio que beneficio?
Al final de la década de los 80 del siglo pasado, un grupo de economistas del Banco Mundial en Washington se dio cuenta de que cierta cantidad de países en desarrollo marcaban su umbral de la pobreza en un ingreso de alrededor de US$370 al año.Esto reflejaba la cantidad básica que una persona necesitaba para vivir. Cada país tenía un concepto diferente de lo que era lo esencial, pero la cifra de US$370 era común a todos, así que el equipo del Banco Mundial la propuso como una línea global para delimitar la pobreza.
Un tiempo después, uno de estos economistas, Martin Ravallion, estaba cenando con su esposa y, mientras conversaban, tuvo lo que él describió como una "revelación".
Si divides US$370 entre 365 días, resulta poco más de un dólar por día. Y así nació el pegadizo concepto de "Un dólar al día".
Simple, poderoso e impactante.
"Queríamos generar un impacto con ello", recuerda Martin Ravallion. "Hacer que la gente acomodada se diera cuenta de lo pobre que es mucha gente en el mundo".Pero es más complicado y controvertido de lo que a primera vista parece.
Para empezar, Ravallion y sus colegas del Banco Mundial no hacían mención a qué es lo que se puede comprar si se lleva un dólar estadounidense a un banco y se cambia por rupias indias o nairas nigerianas.
Un dólar estadounidense da para mucho en algunos países en desarrollo.
En lugar de eso, los economistas calcularon un dólar especialmente ajustado utilizando un método llamado Paridad de Poder Adquisitivo, (PPP, por sus siglas en inglés).
Revisaron los precios de cientos de bienes en países en desarrollo. Y tomando como referencia las cuentas nacionales, encuestas del hogar y datos censales, calcularon cuánto dinero se necesitaría en cada país para comprar una cesta de bienes esenciales comparable a un paquete que costaría US$1 en Estados Unidos.
Ud. estaba por debajo del umbral de la pobreza si no podía permitirse esa cesta.
Es todavía una realidad de vida para 13% de la gente en China; 47,5% en África Subsahariana; 36% en el Sur de Asia; 14% en Asia del Este y del Pacífico; 6,5% en América Latina y el Caribe. Casi 1,300 millones de personas.
Y, quizá de forma sorprendente, la gente que vive con un dólar al día no se lo gasta todo en esa cesta de comida, en sobrevivir. Habitualmente gastan unos 40 centavos en otras cosas, dice el profesor Abhijit Banerjee de la universidad estadounidense MIT.
"Sacrifican las calorías para pagar entretenimiento, ocio".
La cifra de US$1 es también una media.
"Las familias pobres… pueden ganar US$10 un día y después nada por dos semanas", dice el profesor Jonathan Morduch de la Wagner School en la Universidad de Nueva York.
"Una temporada pueden ganar mucho, otra pueden ganar muy poco".
Actualización de los cálculos
El primer informe del Banco Mundial sobre la población que vive con un dólar al día apareció en 1993. Las actualizaciones regulares realizadas desde entonces han jugado un importante rol para llamar la atención sobre los pobres del mundo.
Pero una de las principales razones por las que el número se difundió y adquirió vida propia fue adoptar como primer Objetivo del Milenio de la Organización de Naciones Unidas "la reducción a la mitad, entre 1990 y 2015, de la proporción de gente cuyos ingresos fueran inferiores a un dólar por día".
Este objetivo de alto nivel fue acordado por la Asamblea General de la ONU y adoptado por casi todas las instituciones de desarrollo del mundo.
Hace diez días, el Banco Mundial declaró que el objetivo se ha cumplido antes de tiempo.
Sin embargo, una vez más, las cosas son más complicadas de lo que aparentan.
Durante los años que han pasado desde que se establecieran los Objetivos de Desarrollo del Milenio, el umbral de pobreza de un dólar al día ha sido recalculado. La medida global de umbral de la pobreza del Banco Mundial ya no es 1 dólar, sino US$1,25 al día.
Cuando se acuñó la frase por primera vez en 1993, los cálculos de paridad de poder adquisitivo se basaban en precios y datos de consumo de los años 80.
Pero para 2008, los economistas del Banco Mundial tenían más y mejores datos sobre precios y consumo, lo que les permitió redefinir esos cálculos – y más países en desarrollo habían calculado umbrales de pobreza.
Así que el umbral de la pobreza se recolocó en $1,25, según los cálculos de PPP de 2005.
"Es un fracaso exitoso", según Lant Pritchett, un economista que trabajó en el Banco Mundial y que ahora es profesor de Desarrollo Internacional en la Kennedy School de la Universidad de Harvard.
"Es una herramienta exitosa desde el punto de vista de las Relaciones Públicas pero creo que ha sido un fracaso en cuanto a lograr el objetivo de mejorar el bienestar humano en el mundo", dice.
Argumenta que se ha puesto más el enfoque en la filantropía que en el desarrollo a largo plazo – una suerte de curita en lugar de solucionar el problema.
E incluso el umbral de US$1,25 es demasiado bajo – porque alguien que gana $1,25 o $1,50 está todavía en una situación de pobreza atroz.
Pritchett propone que se cree un umbral de la pobreza adicional de US$10.
Pero el economista Ravallion rechaza la crítica.
Los avances en la reducción de la cantidad de personas que viven con menos de US$1,25 por día se deben en su mayor parte al crecimiento económico, dice, más que a los donativos.
"Debemos mirar a toda la distribución. Es lo que llevo diciendo desde el principio", sostiene. "Lo que también digo es que nuestra prioridad más importante debe ser ayudar a los más pobres primero".
El profesor Banerjee admite que la cifra de US$1,25 por día juega un papel útil, porque la cantidad de ayuda que los países ricos están dispuestos a dar es limitada y tiene sentido, señala, que se dé a la gente más pobre.
Pero el profesor Morduch considera que la cifra es tan baja que ha fomentado la idea de que la gente en esta situación de ingresos mínimos debe vivir vidas pasivas e indefensas, cuando este no es el caso.
De hecho, añade, son personas con ganas de ahorrar y necesitan herramientas, tales como cuentas bancarias, que les ayuden a hacerlo.
"No viven al día, están pensando en el futuro".
Pero una de las principales razones por las que el número se difundió y adquirió vida propia fue adoptar como primer Objetivo del Milenio de la Organización de Naciones Unidas "la reducción a la mitad, entre 1990 y 2015, de la proporción de gente cuyos ingresos fueran inferiores a un dólar por día".
Este objetivo de alto nivel fue acordado por la Asamblea General de la ONU y adoptado por casi todas las instituciones de desarrollo del mundo.
Hace diez días, el Banco Mundial declaró que el objetivo se ha cumplido antes de tiempo.
Sin embargo, una vez más, las cosas son más complicadas de lo que aparentan.
Durante los años que han pasado desde que se establecieran los Objetivos de Desarrollo del Milenio, el umbral de pobreza de un dólar al día ha sido recalculado. La medida global de umbral de la pobreza del Banco Mundial ya no es 1 dólar, sino US$1,25 al día.
Cuando se acuñó la frase por primera vez en 1993, los cálculos de paridad de poder adquisitivo se basaban en precios y datos de consumo de los años 80.
Pero para 2008, los economistas del Banco Mundial tenían más y mejores datos sobre precios y consumo, lo que les permitió redefinir esos cálculos – y más países en desarrollo habían calculado umbrales de pobreza.
Así que el umbral de la pobreza se recolocó en $1,25, según los cálculos de PPP de 2005.
"Un fracaso exitoso"
A pesar del éxito en hacer hincapié sobre el problema de la extrema pobreza, algunos críticos creen que la referencia del US$1 por día ha causado más daño que beneficio."Es un fracaso exitoso", según Lant Pritchett, un economista que trabajó en el Banco Mundial y que ahora es profesor de Desarrollo Internacional en la Kennedy School de la Universidad de Harvard.
"Es una herramienta exitosa desde el punto de vista de las Relaciones Públicas pero creo que ha sido un fracaso en cuanto a lograr el objetivo de mejorar el bienestar humano en el mundo", dice.
Argumenta que se ha puesto más el enfoque en la filantropía que en el desarrollo a largo plazo – una suerte de curita en lugar de solucionar el problema.
E incluso el umbral de US$1,25 es demasiado bajo – porque alguien que gana $1,25 o $1,50 está todavía en una situación de pobreza atroz.
Pritchett propone que se cree un umbral de la pobreza adicional de US$10.
Pero el economista Ravallion rechaza la crítica.
Los avances en la reducción de la cantidad de personas que viven con menos de US$1,25 por día se deben en su mayor parte al crecimiento económico, dice, más que a los donativos.
"Debemos mirar a toda la distribución. Es lo que llevo diciendo desde el principio", sostiene. "Lo que también digo es que nuestra prioridad más importante debe ser ayudar a los más pobres primero".
División
Es un argumento que divide a los expertos en este campo.El profesor Banerjee admite que la cifra de US$1,25 por día juega un papel útil, porque la cantidad de ayuda que los países ricos están dispuestos a dar es limitada y tiene sentido, señala, que se dé a la gente más pobre.
Pero el profesor Morduch considera que la cifra es tan baja que ha fomentado la idea de que la gente en esta situación de ingresos mínimos debe vivir vidas pasivas e indefensas, cuando este no es el caso.
De hecho, añade, son personas con ganas de ahorrar y necesitan herramientas, tales como cuentas bancarias, que les ayuden a hacerlo.
"No viven al día, están pensando en el futuro".
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