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2012/03/30

¿Es aplicable a Europa la fórmula Code for America?


“La conexión entre agentes innovadores y políticos permite crear proyectos de interés público”, aseguraba Joel Mahoney, de Code for America, una organización creada en el 2010 que promueve la apertura de datos para el desarrollo de apps que ayuden a la gente a vivir mejor. “Pero abrir datos no es fácil”, subrayaba Julia López, del ayuntamiento de Barcelona. Y cambiar la dinámica dela Administración, menos. Mahoney le hacía eco con un par de imágenes que lo decían todo: la cola que hay que seguir haciendo en pleno siglo XXI para renovar el carné de conducir es la misma en Barcelona que en San Francisco.
Hay espacio para mejorar. Más aún si se pone a la disposición de la ciudadanía datos públicos. De hecho, “los resultados que se obtienen cuando se comparten datos son siempre sorprendentes”. Lo remarcaba Esteve Almirall, profesor de ESADE y coordinador del proyecto Commons for Europe, en el que se han unido siete ciudades europeas para crear aplicaciones móviles o web que puedan solucionar problemas comunes, justo al inicio de la jornada Open Innovation in Cities: The case of Boston, Code for America and Code for Europe.
Lo corroboraba poco después Nigel Jakob, CEO de New Urban Mechanics, oficina creada por el alcalde del ayuntamiento de Boston en el 2010 para acelerar los proyectos de innovación municipal y ampliar su alcance. Jakob subrayó que “la innovación viene de los ciudadanos, aunque requiere del liderazgo de los altos cargos para que los gestores de en medio no la frenen”.
“Lo más difícil es identificar los problemas”, añadía el experto antes de presentar algunas de los proyectos desarrollados por la oficina. Entre ellos, Streetbump, una aplicación de móvil que transmite al ayuntamiento datos en tiempo real sobre el estado del pavimento de la ciudad para que el consistorio pueda arreglar baches y agujeros y planificar inversiones a más largo plazo. También habló de Adopt-A-Hydrant (Adopta una boca de agua), una iniciativa para incentivar entre los vecinos el cuidado y accesibilidad después de las nevadas de las más de 13.000 bocas de agua que usan los bomberos en Boston.
El desarrollo de esto tipo de aplicaciones se hace posible gracias al modelo Code for America, una organización sin ánimo de lucro formada por 17 techies que quieren redefinir el compromiso ciudadano e impulsar la “innovación cívica”. No lo hacen gratis. Según contó Joel Mahoney, cobran un “sueldo de sustento” de 35.000 dólares (26.000 euros), una cantidad más que “de sustento” en países del sud de Europa.
Así, ¿es aplicable la misma fórmula en el continente europeo? Se intenta, aunque no exactamente de la misma forma. Julia López recordó que el ayuntamiento de Barcelona ya tenía una plataforma de atención ciudadana en el 2001 y añadió que el consistorio tiene previsto abrir las infraestructuras públicas para favorecer la cocreación de servicios de interés público, aunque todavía no se ha decidido cuáles. El proyecto se llama iCity, tiene tres años por delante y un presupuesto de más de 6 millones de euros que viene de la Comisión Europea. La ciudad condal participa además en otros dos proyectos europeos de datos abiertos: CitySDK y Open-DAI, del que también forma parte el ayuntamiento de Lleida.
Además, tiene prevista una nueva edición de la BCN Apps Jam, el concurso de aplicaciones móviles que el año pasado reunió a 24 equipos y al que Joel Mahoney invitó a la audiencia a asistir. “Aunque no entiendas de tecnología, tienes un papel en la innovación de la ciudad”, concluyó.

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