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2011/07/20

Un topo en el Parlamento italiano denuncia en Facebook privilegios y despilfarro

El poder multiplicador y participativo de las redes sociales en internet puede lograr lo que parecía imposible: empujar a la reforma a una democracia tan irreformable como la italiana.
Coincidencia casual o no, lo cierto es que ayer el Gobierno Berlusconi presentó un proyecto de enmienda constitucional para reducir de manera drástica, a casi la mitad, el número total de parlamentarios. El anuncio se produjo mientras triunfaba en Facebook –casi 270.000 adhesiones a la hora de redactar esta crónica– el blog de un misterioso personaje que denuncia los privilegios y el despilfarro de los diputados.
La iniciativa anónima de quien se hace llamar Spider Truman está siendo comparada, salvando las distancias, con Wikileaks o con los indignados españoles. Los seguidores del blog han organizado espontáneamente una manifestación este sábado en Roma.
Spider Truman asegura ser un ex empleado en Montecitorio –la sede de la Cámara de Diputados– que fue despedido después de trabajar durante 15 años con contratos temporales precarios. Sea o no verdad esta circunstancia, poco importa. Tampoco son explosivas sus revelaciones, que avala con fotocopias de documentos. El topo denuncia actitudes y hechos que son en su mayor parte conocidos, como los descuentos que tienen sus señorías en la compra de vehículos o en contratos telefónicos, los abusos en los viajes, su impunidad ante infracciones de tráfico o los engaños que cometen para conseguir coche oficial, chófer y escolta. Para esto último les basta fingir que han recibido amenazas.
En Los secretos de la casta de Montecitorio, el nombre del blog, también se denuncia los sueldos astronómicos y el escaso trabajo de los barberos de la Cámara, que, sorprendentemente, hablan todos con el mismo acento que el presidente de la institución.
No es tanto el contenido del blog como la idea en sí misma, el hecho de haber dado rienda suelta a la frustración y la rabia después de un plan de ajuste que prevé duros sacrificios para la clase media italiana. La red genera en estos casos, con gran rapidez, una comunidad muy amplia que comparte opiniones y puede promover movilizaciones.
La ofensiva contra la casta (el término despectivo con que se designa a la clase política italiana) se desarrolla desde hace días en otros medios, en periódicos no siempre de izquierdas. Se han sumado rotativos como La Stampa, propiedad de Fiat, y otros como Il Fatto Quotidiano, independiente pero muy antiberlusconiano, que ha obligado a reaccionar a Gianfranco Fini, presidente de la Cámara de Diputados, quien ha prometido próximas medidas para que los políticos también tengan que apretarse el cinturón.
El proyecto de ley de reforma constitucional presentado por el ministro para la Simplificación Administrativa, Roberto Calderoli, de la Liga Norte, es muy ambicioso (casi tanto como el singular nombre de su propio ministerio, que dice mucho de los desafíos italianos). Propone que la Cámara de Diputados se adelgace de los 630 miembros actuales a sólo 250. Y que el Senado –hoy con 315 escaños– pasé también a 250 y sea un reflejo federalista del país. Otra de las ideas es que el salario de los parlamentarios tenga en cuenta su presencia efectiva en las cámaras, para evitar el fuerte absentismo.
Está por ver si los políticos italianos aceptarán este haraquiri en nombre de la austeridad.

La Vanguardia

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